Trent Alexander-Arnold, una de las grandes estrellas del Liverpool y de la selección inglesa, ha batido un récord poco envidiable: es el jugador más regateado en la historia de la Premier League, el defensa del Liverpool vio cómo le dejaban atrás hasta en 11 ocasiones ante el City. El dato, que ha generado un intenso debate entre los aficionados y analistas, vuelve a poner en el foco su rendimiento defensivo.
Según estadísticas recientes, a Alexander-Arnold lo superan más veces en regate que a cualquier otro jugador en la historia de la Premier. Aunque esto no necesariamente lo convierte en un mal defensor, sí evidencia una debilidad que rivales y entrenadores intentan explotar.
Un lateral de luces y sombras
Su posicionamiento en el campo, muchas veces adelantado para contribuir al ataque, lo deja expuesto en transiciones defensivas. Además, su capacidad de reacción y su agresividad en los duelos individuales se han puesto en entredicho, lo que lo convierte en un objetivo recurrente para los extremos habilidosos.
El lateral derecho de los reds es reconocido por su extraordinaria capacidad ofensiva, con una precisión milimétrica en los centros y una visión de juego digna de un centrocampista. Sin embargo, su capacidad defensiva se cuestiona en múltiples ocasiones, y este nuevo récord refuerza las críticas sobre su desempeño en el uno contra uno.
Un dilema para la selección inglesa
El debate sobre la capacidad defensiva del lateral no solo afecta al Liverpool, sino también a la selección de Inglaterra. Thomas Tuchel ha optado en varias ocasiones por otros jugadores en el lateral derecho, como Kyle Walker o Reece James, debido a su mayor solidez defensiva.
Pese a ello, Alexander-Arnold sigue siendo una pieza clave en el fútbol inglés por su talento con el balón. Su capacidad para generar oportunidades de gol y su golpeo preciso lo mantienen como una opción valiosa, aunque las dudas sobre su capacidad para defender se mantienen.
El reto para el jugador será mejorar en el aspecto defensivo sin perder su esencia ofensiva. Con 25 años, aún tiene margen de evolución, y Arne Slot deberá encontrar la fórmula para que su lateral estrella no se convierta en un punto débil del equipo.
