Dicen que uno siempre vuelve a donde fue feliz, que nunca te enamores de un jugador cedido, pero Antony es mucho más que eso, ha sido el hijo que todo el mundo quisiera tener. Finalmente, se ha acabado el culebrón y Antony es jugador del Betis de manera definitiva.
Rechazó a todos por el Betis y se arriesgó a pasarse un año entero en la grada de Old Trafford por volver a donde recuperó su magia, a donde le devolvió esa ilusión que había perdido de un deporte que un día le salvó en las calles de Brasil.
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Bonito, bonito eres. pic.twitter.com/NDrNRTyKzX
Rechazó al Bayern por un amor verdiblanco
El extremo brasileño, que llegó al conjunto sevillano el año pasado, se convirtió en uno de los principales protagonistas de un auténtico culebrón en el mercado, con nombres tan potentes como el Bayern de Múnich sonando como posible destino, pero Antony lo tenía claro, o Betis o nada.
Antony ha demostrado que sus características son escasas en la plantilla y que un perfil como el suyo puede ser determinante en partidos de máxima exigencia. La continuidad del extremo no era un capricho, sino una necesidad y supone un golpe de moral para el vestuario y para una afición que, tras alcanzar la final de la UEFA Conference League, puede creer y aspirar a cosas más grandes.
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Lo estabais esperando. pic.twitter.com/EoRyLoALmh
Un año para consolidarse
El Betis afronta un curso exigente en el que quiere dar un paso adelante tanto en LaLiga como en Europa. Para lograrlo, necesita que Antony se convierta en líder ofensivo, aumentando sus cifras y asumiendo protagonismo en los grandes partidos.
Con los rumores ya en el pasado, la oportunidad está servida, el brasileño tiene por delante la posibilidad de consolidarse como ídolo en Sevilla y demostrar que su futuro inmediato está ligado a la historia verdiblanca.