Intensidad pura e identidades marcadas. Choque directo de dos equipos de autor. Eso sí, en el que finalmente las individualidades terminaron marcando una abultada diferencia. Porque en la victoria del Arsenal por 4 a 0 frente al Atlético de Madrid ambos equipos tuvieron lo suyo. Generaron lo suficiente para que el encuentro se pudiera decantar para cualquiera de los dos lados. Pero, a través de la precisión de Declan Rice, el poderío de Gabriel Magalhães y los tantos de Gyökeres, Mikel Arteta pudo ganar su primera partida táctica frente a Diego Pablo Simeone.
El Arsenal fue el más incisivo desde el comienzo. Aprovecharon que el Atleti no presionaba su salida de balón para ganar superioridades por las bandas. A lo largo de los primeros 15 minutos, solo Julián y Sorloth saltaban a molestar a los centrales rivales, Gabriel y Saliba. Lo que indirectamente le permitió a los ‘gunners’ disfrutar de una de sus mejores armas ofensivas. Con el apoyo de Zubimendi y de Jurrien Timber y, su evidente calidad individual, Bukayo Saka fue capaz de atormentar a Hancko para imponerse en los duelos individuales y ganarle la espalda al desmarque.
Julián Álvarez, el motor de un equipo combativo
La vida es como el fútbol, irónica e inexacta. Es por ello, que en un encuentro que finalizó con una goleada en el marcador, Julián Álvarez fue el jugador más destacado del campo. Cumplió con lo que solo pueden hacer las superestrellas. En un momento en el que todo se inclinaba en la balanza del conjunto inglés, el argentino consiguió encender la llama que propició la reacción de los colchoneros.
La estrella rojiblanca se aprovechó de los espacios indefendibles, de aquellos que tanto hablan Guardiola y Luis Enrique. Julián se movió a lo largo de todo el ancho del campo. Partía a las espaldas de los mediocampistas, Rice y Zubimendi, y se aprovechó de que Sorloth fijaba a los centrales para aparecer como elemento sorpresa. Aunque es cierto que en un momento cumbre no pudo marcar una ocasión clara, que hubiese cambiado por completo la disputa.
David Raya cometió un error impropio de él y perdió una pelota fuera del área ante la presión de Giuliano Simeone. El balón le cayó al astro argentino. Pero no pudo meterle la rosca que quería y, mientras la portería estaba vacía, su disparo se acabó marchando muy cerca del palo. No obstante, no hay nada que reprocharle, porque, cuando el encuentro seguía empatado, se inventó una jugada para disparar desde el vértice del área y desenvainó un chut que se estrelló en el travesaño.
El Arsenal aprovecha su inspiración para apagar al Atleti
En esos momentos claves, cuando más pesan las piernas y el corazón se acelera, es que aparecen las genialidades. La de hoy llegó desde los pies de Declan Rice, que ya se está instaurando como uno de los mejores cobradores de pelota parada en toda Europa. La propia falta en cuestión dejó dudas sobre el criterio del árbitro. Pero la ejecución del centrocampista inglés solo arrojó certezas. Balón tenso y curvado, que dejó mal parado a Nico González y a Gabriel con el balón en su cabeza para enviar el primero a la red.
El Atlético de Madrid intentó levantarse. Reaccionar con ese impulso luchador que caracteriza a los equipos de Simeone. Por lo que Giuliano tuvo una ocasión dentro del área que Gabriel acabó desviando. Pero frente a un equipo que está tan inspirado como el de Arteta, cualquier ventaja representa una ventana por la que salir. Así que, ante una presión más intensa de los rojiblancos, tras el primer tanto, Myles Lewis Skelly superó a cuatro defensores en conducción y dejó en situación de superioridad a Martinelli dentro del área. El brasileño, en estado de gracia, anotó el segundo con un disparo con rosca.
A partir de ahí, los otros dos tantos llegaron por inercia. La misma que le ha faltado a Gyökeres en toda la temporada y con la que hoy se hizo uno. A través de pases extraordinarios de Zubimendi y Rice el Arsenal consiguió ocasiones de peligro que acabaron con tantos del sueco. El primero de su cuenta personal, tras un rebote en Hancko, y el segundo, en un tiro de esquina, con asistencia de Gabriel. De forma que el Arsenal, con la pizarra de Nicolas Jover, consiguió su décimo gol desde la pelota parada en lo que va de curso.
Las reacciones del Atlético de Madrid
El capitán del Atlético de Madrid, Koke, reconoció tras el encuentro, con Movistar Plus, que el marcador plasmó un castigo excesivo: “Teníamos el partido controlado y en una jugada a nivel parado nos han hecho el 1-0. Luego, hemos tenido la ocasión de Giuli (Simeone) para empatarlo, no pudo ser… En tres jugadas prácticamente nos han hecho los tres goles siguientes. En el segundo tiempo los teníamos más controlados que en el primero y nos han hecho más daño”.
José María Giménez, por su parte, indicó que su rendimiento fue bueno a lo largo del encuentro: “Fue un partido que se controló bien, que es verdad que nos costó jugar. Porque, bueno, ellos presionan muy bien. Siempre juegan al uno contra uno. No encontramos las conexiones que veníamos teniendo recientemente… Ya después con el segundo gol fue otro partido. En el que no pudimos encontrarnos“. Al mismo tiempo, aclaró que, para él, la falta por la que llega el primer gol no se tuvo que haber pitado.
El ‘Cholo’ Simeone también expresó que el partido se decidió por lo ocurrido en la segunda mitad: “Fueron contundentes y muy superiores en ese tramo del partido. Donde, obviamente, a raíz del gol a pelota parada comenzó a encaminarlo en su favor, con méritos obviamente. Pero nos exigieron nos llevaron a dar el máximo hasta el minuto 58 que fue el primer gol. Fuimos superados por un equipo que fue mejor. Así que felicitar al rival”. Además, añadió que la mala racha como visitante de los rojiblancos solo se puede solucionar ganando. “Fuera de casa nos está faltando el creernos que podemos ganar. Tenemos jugadores para hacerlo. Un día duro”, explicó Koke.
Las palabras de Koke, Simeone y Giménez reflejaron una sensación compartida en el vestuario rojiblanco. El castigo fue demasiado duro para lo que se vio en el campo. El Atlético compitió durante largos tramos, pero pagó con goles cada error puntual, cada desconexión mínima. Los 2.24 xG del Arsenal frente a los 0.67 del conjunto madrileño explican una superioridad más medida que la del marcador. El resultado, abultado y doloroso, no retrata del todo la diferencia real entre ambos equipos, aunque sí deja claro quién supo transformar sus momentos en certezas.
