El día de ayer, en una de las sorpresas de la jornada en la Copa del Rey, el Atlético Baleares logró eliminar al Espanyol con un 1-0 claro, un resultado que dejará huella tanto en Mallorca como en Barcelona.
El gol decisivo llegó al minuto 54 por mediación del delantero local Jaume Tovar, quien dio a los suyos el pase a la siguiente ronda. Aunque el Espanyol dominó la posesión y acumuló muchas más llegadas sobre todo en la segunda mitad, su dominio no se tradujo en peligro real ofensivo. El Atlético Baleares, compacto defensivamente, supo aprovechar la ocasión y mantener la ventaja. Para el club mallorquín y sus aficionados fue una “fiesta balear”, una victoria histórica ante un rival de Primera que llega con orgullo. Para el Espanyol, en cambio y especialmente para su escuadra técnica supone un duro golpe de realidad.
Reacciones de Manolo González tras el partido
En la rueda de prensa posterior al partido, el entrenador del Espanyol no ocultó su decepción y usó términos duros para describir lo sucedido, “fue un partido horrible y una cagada gorda.” Con estas palabras resumió la actuación del equipo, señalando directamente la falta de intensidad y actitud, factores determinantes en una eliminación tan dolorosa.
Admitió que su equipo salió con jugadores suficientes y, en teoría, con ritmo competitivo, pero que “no supimos igualar la intensidad del rival”. Criticó la poca generación ofensiva, la pérdida repetida de duelos individuales y la inoperancia en ataque. A pesar de todo, hizo un reconocimiento al rival: elogió la entrega, el orden defensivo y la determinación del Atlético Baleares, reconociendo que «merecieron ganar”. Por último, rechazó excusas y pidió autocrítica. Afirmó que esta eliminación debe servir como lección: “Si no competimos al máximo no ganamos a nadie”.
Con su estilo directo, Manolo dejó claro que el Espanyol necesita volver a encontrar concentración, ambición y compromiso sobre todo en competiciones de eliminación directa.
