El Atlético de Madrid ha iniciado la temporada 2025/26 con una dinámica dispar en sus partidos como visitante, marcada por la alternancia entre la confianza generada en la pretemporada y las dudas que dejó el debut oficial en LaLiga.
Durante la preparación estival, el conjunto rojiblanco ofreció una de sus mejores versiones en St. James’ Park, donde se impuso por 0-2 al Newcastle. El duelo sirvió para mostrar la adaptación inmediata de los nuevos fichajes, con Julián Álvarez estrenándose como goleador y Antoine Griezmann sentenciando con un tanto de calidad. El triunfo en Inglaterra reforzó la idea de que el equipo de Diego Pablo Simeone había recuperado solidez lejos de casa, un aspecto clave para sus aspiraciones en el nuevo curso.
Sin embargo, la primera jornada liguera dejó una sensación muy distinta. En su visita al RCDE Stadium, el Atlético cayó por 2-1 frente al Espanyol pese a adelantarse en el marcador con otro gol de Julián Álvarez. El equipo mostró de nuevo capacidad ofensiva, pero volvió a evidenciar ciertas fragilidades defensivas y una falta de concentración en los minutos decisivos que acabaron costándole el partido.
La combinación de ambos encuentros refleja el punto en el que se encuentra el Atlético: un bloque en construcción, con talento suficiente para competir al máximo nivel, pero que necesita ajustar mecanismos para transformar las buenas sensaciones en resultados consistentes. Mantener la intensidad de la pretemporada y corregir los errores del estreno liguero será fundamental para que el conjunto rojiblanco pueda prolongar su racha positiva en los desplazamientos.
El reto inmediato pasa por convertir las victorias amistosas en una tendencia real dentro de la competición, consolidando al Atlético de Madrid como un visitante fiable, algo determinante para luchar por los objetivos más ambiciosos de la temporada.