El Barça vuelve a encontrarse mañana con el Eintracht Frankfurt, esta vez en la Champions. El duelo llega inevitablemente acompañado del recuerdo de aquella noche amarga de abril de 2022, cuando el conjunto alemán eliminó a los azulgranas en el Camp Nou en los cuartos de final de la Europa League. Fue uno de esos partidos que se quedan marcados en la memoria del aficionado, tanto por el resultado como por la sensación de que algo se había roto en el proyecto del Barça de entonces.
🚨🚨| FC Barcelona’s expcected lineup against Eintracht Frankfurt tomorrow. pic.twitter.com/EldRq49CVk
— Managing Barça (@ManagingBarca) December 8, 2025
Han pasado casi cuatro años y la plantilla ha cambiado por completo. De aquel once titular solo quedan tres futbolistas que hoy siguen en el equipo y que, además, tienen opciones reales de jugar mañana: Eric García, Pedri y Ferran Torres. El resto ya no forma parte del club o ha perdido su protagonismo con el paso del tiempo.
Eric García, que vivió aquella noche desde la defensa, llega ahora como un jugador mucho más hecho. Con peso en el vestuario y un rol más consolidado. Pedri, que entonces ya era una de las grandes esperanzas del club, ha atravesado momentos complicados por lesiones, pero continúa siendo una pieza clave en el centro del campo. Y Ferran Torres, que en 2022 todavía buscaba encajar, se ha convertido en un futbolista más maduro y regular.
#OnThisDay in 2️⃣0️⃣2️⃣2️⃣
— Eintracht Frankfurt (@eintrachtint) April 14, 2025
30,000 Eintracht fans cheered us on to a 3-2 win over Barcelona at the Camp Nou 💥
Name us a better away support in a European match. We'll wait.!#SGE | #SGEuropa | #UEL pic.twitter.com/lD4ANoGBOE
El contraste con la situación actual del equipo es evidente. Aquella derrota simbolizaba un Barça en plena reconstrucción, todavía lejos de competir al máximo nivel. El partido de mañana, sin embargo, llega con un ambiente mucho más optimista y con un proyecto que parece haber encontrado su rumbo.
Para los tres “supervivientes”, el duelo tiene un punto especial. No deja de ser una oportunidad para cerrar una herida abierta y darle la vuelta a una historia que, en su momento, fue dolorosa. Una especie de revancha emocional, aunque ahora el escenario sea otro y la competencia mucho mayor.






