En Nashville, bajo un calor sofocante y con una tormenta eléctrica que obligó a suspender momentáneamente el partido, Boca Juniors empató 1-1 ante Auckland City y quedó eliminado en la fase de grupos del Mundial de Clubes 2025. El equipo de Miguel Ángel Russo necesitaba una goleada para soñar con la clasificación, pero terminó chocando con su propia impotencia.
El desarrollo del partido
El Xeneize había arrancado con decisión y encontró el primer gol gracias a un error del arquero neozelandés Conor Garrow ante el remate de Di Lollo. A los 26 minutos, tras una jugada que tuvo rebotes y travesaño, la pelota pegó en el cuerpo del arquero y terminó adentro. Boca ganaba y se ilusionaba, pero nunca logró imponer condiciones con claridad. Auckland, ya descalificado antes de empezar, jugó sin presiones y supo incomodar.
El segundo tiempo se detuvo durante casi una hora por tormenta eléctrica. Y a la vuelta, llegó el golpe: Christian Gray cabeceó solo en el área y estampó el empate. Boca no tuvo reacción, más allá de algún intento aislado. Con el resultado puesto, ya no había cálculo posible: necesitaba ganar por al menos siete goles y esperar una derrota de Benfica ante Bayern. No pasó ni una cosa ni la otra.
Mal cierre para el Xeneize
El equipo argentino se quedó sin chances en el cierre de un torneo que lo encontró lejos de su mejor nivel. Con dos empates y una derrota, fue tercero en el Grupo C, superando apenas a Benfica por diferencia de gol. La imagen que dejó no estuvo a la altura de las expectativas. Ahora, tocará volver a Buenos Aires y replantearse muchas cosas.
Boca jugó su último partido en un Mundial de Clubes sin poder torcer el destino. Esta vez, el milagro no llegó.
