El Burnley rozó la gesta en su estadio tras ofrecer una exhibición defensiva frente a un Liverpool que lo intentó de todas las maneras. El equipo local se cerró con orden y entrega, y durante gran parte del encuentro fue capaz de anular el plan ofensivo de Arne Slot, que no encontraba caminos claros al gol. La intensidad del Burnley fue total: presión ordenada, coberturas constantes y un compromiso colectivo que mantuvo el marcador en tablas durante casi 90 minutos.
Cambios inesperados y lesión de Mac Allister
Uno de los momentos más llamativos llegó en la primera parte, cuando Arne Slot decidió sustituir a Milos Kerkez tras ver la amarilla. El técnico no quiso arriesgar y lo cambió por Andrew Robertson en lo que pareció ser un toque de atención claro al lateral húngaro. Más adelante, el Liverpool sufrió un golpe importante con la lesión de Alexis Mac Allister, tras una entrada muy dura que lo obligó a abandonar el campo.
Slot agitó el banquillo en la segunda parte. Dieron entrada Chiesa, Ngumoha, Frimpong, Bradley y otros nombres clave, buscando un cambio de ritmo ante un Burnley que seguía resistiendo.
Un penalti absurdo arruina el trabajo del Burnley
Con el partido acercándose al final y el Liverpool volcado, todo cambió tras la expulsión de Ugochukwu en el minuto 84, por doble amarilla. El Burnley, que había defendido con diez durante los últimos minutos, parecía llevarse un punto merecido… hasta que Hannibal cometió un penalti inexplicable. En una acción sin demasiado peligro, tocó el balón con la mano dentro del área tras un centro de Frimpong. Una jugada que empañó el sacrificio de todo el equipo durante el partido.
Salah no falla pero…
Mohamed Salah apareció en el momento decisivo, como tantas otras veces. Transformó el penalti en el último minuto del encuentro, tomando la responsabilidad cuando más quemaba. Pero lo cierto es que su partido fue discreto, impreciso y muy por debajo de su nivel habitual. Fue prácticamente invisible durante los 90 minutos, hasta que el penalti le dio la oportunidad de redimirse. Y no falló.
Con este gol agónico, el Liverpool suma cuatro victorias en cuatro partidos esta temporada. Sufriendo, pero con la firmeza de un equipo que sabe ganar incluso cuando no juega bien.
