Mientras Enrique Cerezo daba otra vez por cerrada la plantilla delante de los medios de comunicación en la presentación de Giacomo Raspadori, el Atlético de Madrid cocinaba a fuego lento el fallido regreso de Yannick Carrasco.
Después de gastar casi 180 millones en rejuvenecer la plantilla incorporando a Baena, Almada, Ruggeri, Hancock, Cardoso, Lenglet, Mouriño, Pubill y Raspadori, el presidente de la entidad rojiblanca volvió a dar por cerrado un plantel para el que cuerpo técnico y aficionados siguen esperando algún refuerzo antes del cierre del mercado.
“He aprendido la lección”
Ya lo apuntaba Simeone tras la derrota en el partido inaugural en Cornellà: “He aprendido la lección” tras no conseguir dar la vuelta al devenir del partido con unos cambios que no pudieron solventar las deficiencias de la plantilla. El pinchazo frente a un recién ascendido tras la Noche de Bienvenidas no hizo más que volver a dar la razón a un Diego Pablo que llevaba más de una semana intercambiando mensajes con el belga.
Un jugador dispuesto a volver y que ocuparía el mismo rol que Ángel Correa, que sigue con la puerta abierta por mucho que la directiva, y en especial Carlos Bucero, no terminen de alabar debido a la edad del jugador (32 años) y a la planificación.
Desde el club siguen insistiendo en la necesidad de dejar salir antes de fichar, y para que Carrasco pueda disputar su tercera etapa en el Atlético de Madrid, primero debería marchar Nahuel Molina y después no debería conseguir llegar a un acuerdo con la Juventus de Turín por Nico González, con quien el club ya tiene todo atado.
El Cholo y su staff siguen trabajando para cosechar la primera victoria de la temporada en Mendizorroza, este sábado a partir de las 17:00 h.
