Chelsea – Barcelona: noche de vértigo en Stamford Bridge

Los dos llegan empatados a siete puntos, sin margen para el error y con ausencias clave, Flick recupera efectivos, mientras Maresca pierde a su futbolista más determinante.
Fermín López y Enzo Fernández

Stamford Bridge vuelve a encenderse para una noche que huele a partido grande. Chelsea y Barça llegan empatados a siete puntos, fuera, por ahora, de los puestos que dan acceso directo a octavos. Ambos se han complicado solos, con empates inesperados ante Qarabag y Brujas, y llegan a este quinto partido con la calculadora en la mano y la presión para no caer en dieciseisavos. Los de Enzo Maresca pisan Londres con una racha en Premier League impecable, tres victorias seguidas y ninguna concesión defensiva, pero sabiendo de que en Europa sufre más de lo que debería un equipo armado para competir contra los grandes.

El Barça, mientras tanto, aterriza en Inglaterra después de firmar una fiesta perfecta en el regreso al Camp Nou, goleando 4-0 al Athletic y recuperando por fin solidez, esa que se había escapado durante once partidos consecutivos sin dejar la portería a cero. Stamford Bridge será el termómetro para ambos, el Chelsea no pierde en casa en una fase de grupos desde 2019, y el Barça, en siete visitas, solo ganó una. Este martes a las 21:00, por la quinta jornada de la Champions League, mandará la necesidad.

La baja de Cole Palmer, lesionado al golpearse en casa, es muy importante para los londinenses. No es solo su creatividad, su último pase o su facilidad para influir, es que era el futbolista que sostenía al equipo en los momentos trabados. Sin él, a Maresca se le abre una herida que debe cerrar con vértigo por fuera, con Estevao, Pedro Neto, Garnacho o incluso Joao Pedro cayendo a zonas interiores para generar superioridades. Por dentro, el motor sigue siendo la dupla Enzo Fernández–Moisés Caicedo, probablemente uno de los doble pivotes más fiables del mundo, que se basa en recorrer muchos kilómetros, disciplina y precisión en la presión.

El Chelsea llega lanzado pero también exigido. Viene de firmar una victoria en Burnley, está segundo en la Premier y ha logrado equilibrar un once cargado de juventud con una idea clara, presión ordenada, ataques veloces, bandas afiladas y un centro del campo que hace de puente y ancla. La duda es si esa estructura resistirá los ritmos del Barça en campo rival.

El regreso al Camp Nou no solo fue sentimental, fue futbolístico. Ferran Torres se reivindicó con un doblete, Lamine Yamal volvió a influir entre líneas y Lewandowski recuperó esa peligrosidad que siempre aparece cuando la temporada entra en las etapas difíciles. A esa lista vuelve Raphinha, ya recuperado, y también Rashford, que entrenó después de superar un proceso gripal. Flick, de golpe, tiene lo que en verano parecía un sueño, cinco delanteros para tres puestos.

La duda está ahí, Lamine es fijo; Lewandowski vive un momento dulce; Ferran no para de golpear la puerta con goles; Rashford vuelve a Inglaterra; y Raphinha quiere minutos para recuperar sensaciones. La solución, como casi todo en Champions, será depdniendo del contexto del encuentro, si hay ritmo, espacios, transiciones o más duelo físico. Lo que no parece discutible es que el entrenador alemán volverá a apostar por un equipo más reconocible, con Frenkie de Jong ya disponible tras sanción y con la necesidad de alejar las dudas que deja cada partido con la línea adelantada.

En Londres también se espera mucho de Fermín López, que llega a su encuentro número 100 como si jugara el primero, influyente, vertical, con el don de aparecer cuando el partido quema. El club que intentó ficharlo en verano sabrá mejor que nadie qué tipo de amenaza tiene enfrente.

Entre Chelsea y Barça siempre hay algo más que fútbol. Muchos quiebres de guion, noches épicas, arbitrajes discutidos, remontadas en los últimos minutos y muchos nombres que han vestido ambas camisetas. Los visitantes, 2.300 culés, teñirán de azulgrana una grada de 40.000 asientos, intentando que el Barça acelere hacia los ocho primeros que le evitarían la repesca.

Los dos llegan con sus cicatrices, el Chelsea sin su estrella más determinante; el Barça sin Pedri, Gavi ni Ter Stegen. Maresca protegió a Reece James el fin de semana, recupera a Fofana y confía en que su estructura defensiva aguante el empuje culé. Flick afina su idea, recupera piezas y se presenta en Londres con la sensación de que, por primera vez en semanas, su equipo respira entero. Stamford Bridge decidirá quién mira hacia arriba y quién se queda. En noviembre, algunos partidos son simplemente partidos. Este, no. Este pesa y va a ser muy relevante para quien se lleve la victoria.

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