‘City Group’, ‘Red Bull Soccer’… son varios de los grupos de multipropiedad de clubes que han transformado y dominan el panorama futbolístico internacional. Este modelo, cada vez más común en la élite del fútbol, ya que permite a un mismo grupo empresarial dirigir varias entidades deportivas en distintos países.
Más allá de compartir el nombre o el estilo de juego, todos estos clubes forman parte de un ecosistema donde se comparten metodologías, económica y hasta jugadores.
Después de conocerse la intención de la multipropiedad Fenway Sports Group, propietarios del Liverpool, en adquirir el Getafe CF por 100 millones representa el último capítulo de una tendencia imparable de los grupos multipropiedad en España y en el mundo del fútbol.
City Football Group: El pionero del imperio del Manchester City
Uno de los pioneros y máximos exponentes de esta tendencia es el City Football Group (CFG), con sede en los Emiratos Árabes Unidos y controlado por el Abu Dhabi United Group.
Su club insignia es el Manchester City, actual potencia del fútbol europeo. Su red se extiende por cuatro continentes. CFG tiene participación en equipos como New York City FC (EE. UU.), Melbourne City (Australia), Girona FC (España), Montevideo City Torque (Uruguay), Troyes (Francia), Mumbai City (India), Yokohama F. Marinos (Japón), Lommel SK (Bélgica) y Bahía (Brasil).
⚔️ Las dos multipropiedades más fuertes en el fútbol
— NEKO Deportes (@NEKODeportes) August 1, 2025
Red Bull: RB Leipzig, Red Bull Salzburg, New York Red Bulls, Red Bull Bragantino, FC Liefering
City Group: M. City, New York City, Melbourne City, Girona FC, Montevideo City, Troyes, Mumbai City, Yokohama, Lommel SK y Bahía pic.twitter.com/5tRamMQuOX
Red Bull: Energía, marca y deporte
Otro conglomerado con una identidad muy marcada es Red Bull, la famosa empresa austriaca de bebidas energéticas que está involucrada en el mundo del deporte.
Su incursión en el fútbol ha sido tan ambiciosa como en la Fórmula 1, con un enfoque centrado en el desarrollo de talento joven y un estilo de juego ofensivo y vertical. Bajo su paraguas están el RB Leipzig (Alemania), Red Bull Salzburg (Austria), New York Red Bulls (EE. UU.), Red Bull Bragantino (Brasil), FC Liefering (Austria) y el Atlético de Madrid (España), con el que tiene un acuerdo como patrocinador hasta el año 2027.
Red Bull impone una identidad visual y deportiva clara: escudos similares, mismo patrocinador, y una apuesta firme por la cantera y el rendimiento físico.
777 y Eagle Football: La nueva ola de grupos de multipropiedad
Si bien City Football Group y Red Bull marcar el camino, una nueva generación de multipropiedades está ganando terreno en el fútbol: 777 Partners y Eagle Football Holdings.
Desde Miami, 777 Partners ha construido rápidamente una red que incluye a Genoa (Italia), Standard de Liège (Bélgica), Vasco da Gama (Brasil), Red Star FC (Francia), Hertha Berlín (Alemania), y una participación en Melbourne Victory (Australia) y Sevilla FC (España).
En paralelo, Eagle Football, liderado por el empresario estadounidense John Textor, ha puesto el foco en la combinación de tradición y proyección. Controla clubes como el Olympique Lyonnais (Francia), Botafogo (Brasil), RWD Molenbeek (Bélgica) y posee parte del Crystal Palace (Inglaterra), relegado a disputar la Conference League, tras el no descenso del Lyon, y al no poder tener a dos equipos de la misma propiedad disputando la misma competición Europea.
🚨🔵🔴 Crystal Palace owners and directors are converging on New York for an emergency meeting tonight to discuss next steps after UEFA demoted the FA Cup winners to the Conference League.
— Fabrizio Romano (@FabrizioRomano) July 11, 2025
They believe their rightful place is in the Europa League and will fight to convince UEFA… pic.twitter.com/g1otH2KTuB
¿Grupos de multipropiedad: modelo del futuro?
La multipropiedad de clubes ha llegado para quedarse. Permite compartir estructuras, optimizar recursos, potenciar marcas globales y construir proyectos deportivos sólidos y duraderos.
No obstante, también ha generado debates sobre posibles conflictos de interés, pérdida de identidad local y desigualdad competitiva. En cualquier caso, el fútbol del siglo XXI parece caminar cada vez más hacia estos modelos interconectados, donde los clubes ya no son entidades aisladas, sino piezas de un engranaje mucho más grande.