La afición del Rayo Vallecano vuelve a demostrar que no entiende de límites. Cerca de dos mil rayistas han iniciado este domingo el viaje hacia Bratislava, donde el conjunto franjirrojo disputará ante el Slovan Bratislava la cuarta jornada de Conference League que puede abrirle definitivamente las puertas a la próxima ronda. Será un partido histórico para el club y también para una hinchada que lleva días preparando un desplazamiento masivo.
Entradas agotadas en tiempo récord
El pasado miércoles se agotaron las 1.100 entradas de las que disponía el Rayo como afición visitante en cinco horas, pero los aficionados que no llegaron a tiempo a asegurar su localidad optaron por cogerlas directamente en la web del club eslovaco, en los sectores cercanos al visitante. Debido a la fuerte y sorprendente avalancha de madrileños, el Slovan limitó la compra de tickets a Eslovaquia durante viernes, sábado y domingo y avisó de que no se podrán lucir símbolos rayistas en zonas que no sean estrictamente dedicadas a los visitantes, pudiéndose denegar el acceso en caso de incumplimiento. Para esta ocasión, el club vallecano ofrece a los suyos viajar con el equipo por 850 euros en habitación compartida y 950 euros si es individual.
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— Rayo Vallecano (@RayoVallecano) November 18, 2025
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La ciudad de Bratislava, acostumbrada al ambiente europeo por la presencia en Europa año tras año del Slovan, se prepara ahora para recibir a la marea franjirroja. El desplazamiento no es uno más: el Rayo disputa por primera vez por méritos deportivos una competición europea, y la hinchada es plenamente consciente del momento histórico que atraviesa el club. Para muchos seguidores, el viaje simboliza una recompensa a años de fidelidad incondicional en Primera, Segunda y hasta Segunda B. Para otros más jóvenes, es la oportunidad de vivir algo que jamás habrían imaginado.
En el vestuario, el apoyo masivo se entiende como un impulso extra para una eliminatoria que se prevé exigente. El Slovan Bratislava, habitual en competiciones continentales, convierte su estadio en un escenario siempre complicado. Pero el Rayo sabe que no estará solo: dos mil gargantas, convertidas en un rugido incesante, acompañarán al equipo desde el calentamiento hasta el pitido final.
El rayismo, que siempre viaja, esta vez trasciende fronteras con la determinación de una afición que siente que puede estar a las puertas de otro capítulo inolvidable de la mano de Íñigo Pérez. Bratislava ya escucha los cánticos. Europa empieza a conocerlos. Y el Rayo está preparado para hacerlo aún más fuerte.






