Las últimas horas habían reavivado el nombre de Yannick Carrasco como posible refuerzo del Atlético de Madrid. El belga, actualmente en el Al-Shabab saudí, fue ofrecido al club rojiblanco en pleno mercado de verano y algunos medios apuntaron a que podría ser la solución inmediata a la carencia de desborde que preocupa a Diego Pablo Simeone. Sin embargo, desde la dirección deportiva del Atlético se ha cerrado la puerta: Carrasco no volverá.
El perfil que encajaba… pero no entra en los planes
Carrasco cumplirá 32 años en septiembre y conoce a la perfección el estilo de Simeone tras tres etapas en el club. Su capacidad de regate y desequilibrio se ajusta a la petición que el técnico viene haciendo desde inicios de verano: un jugador de banda capaz de romper defensas.
Pese a ello, el Atlético considera que su regreso no encaja en el plan de rejuvenecimiento que se está llevando a cabo en la plantilla. La apuesta de la dirección deportiva pasa por futbolistas con mayor proyección, como Álex Baena, Johnny Cardoso o Thiago Almada, incorporados en este mercado.
El otro gran obstáculo es económico. La política marcada por el club es clara: no habrá nuevas incorporaciones sin salidas previas que liberen espacio salarial. De momento, no se ha producido ninguna baja importante, lo que imposibilita cualquier movimiento a corto plazo.
El contraste entre deseo y realidad
Desde el entorno rojiblanco se llegó a apuntar que Simeone vería con buenos ojos el regreso del extremo belga, especialmente ante la dificultad de cerrar la cesión de Nicolás González desde la Juventus, objetivo prioritario. Sin embargo, la decisión final de la entidad es firme: Carrasco no entra en la planificación actual.
De este modo, se enfría definitivamente la posibilidad de que Carrasco vista de nuevo la camiseta rojiblanca. El Atlético sigue peinando el mercado en busca de un futbolista de banda con capacidad de desequilibrio, pero lo hará mirando al futuro, no al pasado.
