El Betis no fue capaz de batir la portería del KRC Genk en un partido tan gélido en el marcador como en el ambiente. Con once grados y una sensación térmica de apenas tres, acompañada de lluvia, los verdiblancos se mostraron tan fríos como el clima en la tercera jornada de la Europa League.
En la primera parte, los de Manuel Pellegrini dominaron la posesión – 62% -, pero ese control no se tradujo en peligro real. Solo dos remates a puerta, ambos sin dificultad para el guardameta local. El primer lanzamiento llegó en el minuto 25, un disparo centrado de Riquelme, que lo intentó poco después con otro que careció de fuerza. El marcador no se movió en una primera parte en la que el balón pareció dormido.
Un Betis sin gol
Tras el descanso, Pellegrini buscó soluciones desde el banquillo. La entrada de Pablo García pretendía agitar el ataque y abrir el marcador, pero los de Heliópolis siguieron atascados. Ni Abde, ni Fornals, ni Chucho Hernández, ni Chimy lograron cambiar el guion.
El segundo tiempo dejó solo un disparo a puerta por equipo y una posesión más equilibrada. En el tramo final del partido, Hyeon-gyu Oh encontró hueco a la espalda de la zaga visitante y dio un susto, aunque sin consecuencias.
El empate, sin goles ni brillo, deja al Betis con un sabor amargo, más cercano a la derrota que a la satisfacción del punto. Con este resultado, los verdiblancos regresan al Benito Villamarín con cinco puntos en la clasificación, mientras el Genk se queda con cuatro.
