El Chelsea ha excluido a Raheem Sterling de la foto oficial del equipo para la temporada 2025-26, publicada hoy en las redes del club. El extremo inglés no aparece junto a sus compañeros en la imagen tomada en Cobham, un gesto que puede pasar desapercibido pero que confirma su aislamiento total del grupo. Sterling lleva un tiempo entrenando por separado, en un horario distinto y en instalaciones secundarias, compartiendo esta situación con Axel Disasi. Con su contrato vigente hasta 2027, el club busca forzar una salida en enero, aunque el jugador rechazó varias ofertas en verano de Italia, Alemania e Inglaterra.
Sterling y el Chelsea: crónica de una muerte anunciada
Sterling llegó al Chelsea en julio de 2022 como el fichaje estrella de la era Boehly, procedente del Manchester City por 50 millones de euros. Firmó un contrato de cinco años que lo convirtió en el jugador mejor pagado de la plantilla, con un salario semanal de 325.000 libras (unos 16,9 millones anuales). Pero su paso por Stamford Bridge ha sido cuanto menos irregular. En tres temporadas, ha jugado 104 partidos y ha dado 23 goles y 15 asistencias.
La última temporada estuvo cedido en el Arsenal, donde jugó 20 partidos y marcó un gol, sin llegar a convencer a Arteta para un traspaso permanente. Cuando Maresca llegó al banquillo en mayo de 2024, dejó claro que Sterling no entraba en sus planes. “No hay vuelta atrás con nosotros”, declaró el italiano esta semana en rueda de prensa, defendiendo el aislamiento como una decisión profesional y no personal.
El caso ha llamado la atención de la PFA, que supervisa las condiciones de entrenamiento de Sterling y Disasi para garantizar su bienestar. Según parece, el Chelsea le ha ofrecido un acuerdo de rescisión para cubrir parte de los 30 millones de libras restantes en su salario, pero el jugador, con su familia en Londres, se resiste a aceptar. Mientras el Chelsea sigue con su rumbo en la Premier y en la Champions League, Sterling sigue entrenando solo, un recordatorio para todos de cómo el fútbol es capaz de desechar a sus estrellas, se llamen como se llamen, cuando ya no encajan en su constelación.
