El Clásico de la hipocresía que LaLiga presume al planeta

Dicen que el Clásico es la joya de la corona. El evento que LaLiga presume al planeta como símbolo de calidad, respeto y espectáculo. Pero el domingo, lo que se exportó no fue fútbol: fue una pelea de patio de colegio. Un jugador amenazando con “nos pegamos“, otro desatado diciendo de todo, y una competición que calla, sonríe y lo vende como “pasión”.

Mientras tanto, millones de aficionados que trabajan día y noche para pagarse un abono o entrada y poder estar cada domingo en la grada alentando a su equipo, que se atrevan a insultar a un jugador que les espera 3.000 euros de multa y la etiqueta de “violento”.

LaLiga quiere vender espectáculo, pero se olvida de la coherencia. Castiga al hincha de a pie, pero normaliza que los protagonistas se falten al respeto sin consecuencias. Predica “tolerancia cero” en los estadios, mientras aplaude un show televisado al planeta entero que luego replican los niños en las escuelas.

Y este, precisamente este, es el Clásico que LaLiga presume al planeta como imagen del fútbol español. El de los insultos, los gestos chulescos y los códigos éticos que cambian según el escudo. No hay VAR para la hipocresía.

Al final, lo que queda es una pregunta: ¿Quién mancha realmente la imagen del fútbol español?

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