Desorden en la zaga azulona
El Getafe vivió una noche para olvidar. Desde el primer tramo del encuentro, su defensa se mostró desajustada, lenta en las ayudas y desconectada en cada acción decisiva. El Betis, que olió sangre desde el inicio, aprovechó cada error con una claridad insultante. Las líneas azulonas se partían con facilidad y los rechaces siempre caían en pies verdiblancos, una tendencia que se repitió en todos los goles locales.
Dominio absoluto verdiblanco
El Betis manejó el partido a su antojo. Movió el balón con paciencia cuando quiso y aceleró con precisión cuando detectó grietas en la zaga rival. El Getafe, superado en intensidad y lectura, apenas logró encadenar dos pases con sentido. Cada llegada bética generaba peligro real, mientras que los azulones se veían obligados a correr detrás del balón sin éxito.
La defensa del Getafe se derrumba en cada gol
Los tantos del Betis nacieron siempre del mismo patrón: desorden, falta de contundencia y marcas perdidas. En el cuarto gol, un desmarque y una carrera increíble de Pablo Fornals apareció para fusilar la portería de David Soria. Fue una imagen que resumió la noche azulona: dudas, lentitud y una incapacidad total para despejar situaciones aparentemente controlables.
El VAR frena la ‘manita’ con un fuera de juego milimétrico
La Cartuja llegó a celebrar el quinto tanto, pero la alegría duró apenas unos segundos. El VAR intervino para revisar la acción y terminó anulándola por un fuera de juego milimétrico. La jugada dejó claro que el Betis estaba en disposición de golear sin freno y que el Getafe solo encontraba alivio en decisiones tecnológicas.
El penalti que pudo maquillar el desastre… y que Mayoral falló
La única oportunidad real del Getafe llegó en el tramo final. El árbitro del encuentro, Miguel Sesma Espinosa, señaló inicialmente una falta fuera del área, pero el VAR corrigió la acción y determinó que el contacto se produjo dentro. Borja Mayoral tomó el balón con la intención de poner el gol del honor, pero su disparo salió desviado, rozando el poste y dejando escapar la única ocasión azulona de la noche.
Un Getafe irreconocible y un Betis que no tuvo piedad
El partido terminó siendo un monólogo verdiblanco. El Betis dominó cada fase del juego, mientras que el Getafe se hundió en errores propios, falta de orden y una desconexión defensiva que marcó el encuentro desde el primer minuto.
El Getafe cierra 2025 con su tercera derrota consecutiva, con un abultado resultado en contra y sus deseos para año nuevo serán olvidar este mes de diciembre que ha sido un desastre en cuanto a los resultados.
