El Real Madrid salió de Kazajistán con una victoria holgada que le devuelve la calma tras el tropiezo frente al Atlético de Madrid. El conjunto de Xabi Alonso superó al modesto Kairat Almaty (0-5) con un hat-trick de Kylian Mbappé, que ya suma 13 goles antes de octubre y se ha convertido en el auténtico referente ofensivo del equipo.
El técnico blanco viajó sin apenas concesiones en la alineación, consciente de que un tropiezo en el campo del 151 del ranking UEFA habría supuesto un golpe de confianza difícil de asimilar. Y, como tantas veces, la solución llegó desde la inspiración del delantero francés, que transformó un penalti, cazó un balón dividido y cerró la noche con un tercer tanto tras una jugada de Rodrygo.
Del susto inicial a la superioridad blanca
El encuentro comenzó con un sobresalto: a los diez segundos, el Kairat obligó a Courtois a intervenir con un remate a bocajarro. Durante quince minutos, los kazajos se atrevieron a presionar alto y a discutirle la posesión al Madrid, hasta que un error en la cesión de Sorokin a su portero juvenil abrió la puerta al penalti que Mbappé no desaprovechó.
A partir de ahí, el partido se tiñó de blanco. Arda Güler brilló en la medular con criterio y frescura, Fran García aportó profundidad por la izquierda y Mastantuono puso energía en la derecha. El dominio fue absoluto, aunque al descanso el marcador reflejaba un ajustado 0-1.
Mbappé, diferencia abismal
La segunda parte confirmó la jerarquía del francés. Aprovechó un despeje defectuoso para picar el balón sobre la salida del portero y, más tarde, redondeó su noche tras un eslalon de Rodrygo. El brasileño, eléctrico en la recta final, también asistió a Camavinga para el cuarto gol antes de que Brahim cerrara la goleada en el descuento.
Con su triplete, Mbappé reafirma su condición de jugador total, decisivo incluso cuando el equipo no carbura. Sus 13 goles representan más de la mitad de los 21 que lleva el Real Madrid en la temporada, una estadística que subraya su impacto inmediato en el equipo de Xabi Alonso
