Tras el 2 a 1 de la ida en el Bernabéu, los equipos madrileños volverían a ver las caras en una de las citas más importantes del año. En un partido eléctrico de ida y vuelta constante, todo se acabaría decidiendo en los penaltis. Rüdiger fue quien, recordando la tanda de penaltis del año pasado en Manchester, daría el pase a cuartos de final de la Champions al Real Madrid gracias a su penalti decisivo. En el otro lado de la balanza, el Atlético de Madrid cayó siendo los dominantes durante gran parte del partido.
La primera parte, asedio rojiblanco
Nada más empezar el partido, comenzó la fiesta rojiblanca. Un balón en largo nada más sacar de centro fue el detonante del caos. De Paul, escorado en la banda derecha, envió un pase filtrado al punto de penalti del área de Courtois. El balón encontró rápidamente un dueño, Conor Gallagher, que pescó el esférico y anotó el primer gol del partido. El tanto del británico llegó 30 segundos después del pitido inicial, lo que descolocó todos los planes de Ancelotti.
Tras el gol, el Atleti estableció un bloque bajo, esperando posibles contraataques. Como si de un espejo se tratara, el Real Madrid hizo lo mismo. El partido se transformó en un parabrisas, constantemente de una portería a la otra. Tras 45 minutos de ida y vuelta constante, la primera parte llegaría a su fin con un 1-0 en el electrónico. Durante la primera mitad, el Atleti asedió por completo. Un medio del campo pletórico. Sus 3 exponentes, Barrios, Gallagher y sobre todo, Rodrigo De Paul, proporcionaron a los colchoneros la necesaria calma en la tormenta. Por parte del Real Madrid, poco a destacar. Los blancos, difuminados en un paisaje rojiblanco. El señalado, Bellingham. 2 pérdidas de balón y un 20% de duelos ganados resumen su primera parte.
La segunda mitad, carente de cordura
Ya en la segunda parte, el Real Madrid cogería las riendas del partido. El conjunto de Ancelotti que buscó retener más el balón, y crear desde atrás, esperando un error de los de Simeone. Tras 25 minutos de la segunda mitad, Mbappé iniciaría un ataque en solitario, rompiendo hacia el área donde Lenglet le derribaría. Marciniak no dudó en señalar el punto de penalti. A pesar de que fuera Kylian Mbappé quien provocó el penalti, fue Vinicius quien asumió la responsabilidad. El brasileño cogió carrerilla, atacó el balón y… a las nubes del Metropolitano.
Vinicius sucumbió a la presión y erró el penalti. Este fallo propició una inmediata locura en el partido, en la que el Atleti aprovechó para reconducir el partido a su favor. Tras las incesantes ofensivas rojiblancas y las pérdidas de los merengues, el partido iría a la prórroga.
Una prórroga no apta para cardiacos
El tiempo extra tuvo altibajos. Había momentos de tranquilidad y de intensidad. Todo o nada. Los ataques de ambos equipos silenciaban y agitaban Madrid. Lo más destacable fue la bronca de Bellingham a Vinicius, en la que el inglés le recriminaba a su compañero que continuara la presión. Los jugadores del Real Madrid se contagiaron de la iniciativa de Bellingham y achuchaban cada vez más al Atleti. Tras no añadir tiempo de descuento en el final de la segunda parte de la prórroga, el partido iría a la lotería de los penaltis.
Los penaltis que paralizaron Madrid
Tras el sorteo de los capitanes, sería el Real Madrid quien comenzaría tirando, lo que para muchos aficionados es considerado como una ventaja. Mbappé no fallaría su cita con el gol y abrió la lata de la tanda. Quien le seguiría sería Sorloth que, sin ningún miramiento mandaría el balón al fondo de las mallas. A pesar de haber metido gol, el penalti de Julián Álvarez fue anulado ya que, al resbalarse, tocó en dos ocasiones el balón. Tras el penalti anulado, Valverde marcó la diferencia anotando su penalti. Correa hizo lo propio y cumplió con otro gol más para evitar caer en el pozo. Lucas Vázquez pecó y tiró un blando penalti detenido sin problemas por Oblak. El siguiente fue Marcos Llorente, que estrelló el balón en el larguero, dejando el destino de la eliminatoria en el siguiente penalti. Como en Manchester, Rüdiger fue el que se echó la responsabilidad a la espalda, y con temperamento, anotaría el penalti de la victoria, otorgándole el pase a cuartos de final al Real Madrid.
Tras la victoria blanca, el Real Madrid se verá las caras en cuartos de final con el Arsenal de Mikel Arteta, que viene de ganarle la eliminatoria al PSV con un contundente 9-3 a su favor en la global. Importante saber que la ida será en el Emirates Stadium y la vuelta será en el templo de la Champions, el Santiago Bernabéu.