El Real Madrid visita hoy el Coliseum Alfonso Pérez con un doble desafío, mantenerse en la lucha por LaLiga y gestionar energías de cara a la final de la Copa del Rey frente al Barcelona, que se disputará en apenas tres días. Con el triunfo del Barça ante el Mallorca, la presión se intensifica para los blancos, que no tienen margen de error si quieren seguir aspirando al campeonato liguero.
La temporada del Madrid ha estado entre la esperanza y la frustración, y este partido podría marcar otro punto de inflexión. La eliminación en Champions dejó tocada la moral del equipo, pero el posible doblete (Copa del Rey y Liga) podría ser lo que salve el curso. Sin embargo, una derrota o incluso un empate ante el Getafe sería devastador, dejando al Real Madrid prácticamente descartado de LaLiga y sumiendo al club en un estado de crisis deportiva.
Ancelotti entre la espada y la pared
Carlo Ancelotti encara este encuentro en una posición comprometida. Con la necesidad de rotar pensando en la final del sábado, el técnico italiano deberá equilibrar su once inicial para no hipotecar el duelo copero. Se espera que mantenga el 4-4-2 que probó contra el Athletic, una decisión que podría repetir con la intención de ganar solidez defensiva y reforzar el mediocampo.
Sin embargo, las ausencias pesan, Mendy, Militao y Carvajal siguen fuera, y aunque Mbappé podría jugar si fuera imprescindible, el cuerpo técnico prioriza su descanso para Sevilla. Todo esto añade complejidad a la gestión del equipo en un partido donde la victoria es obligatoria. Las dudas sobre el futuro de Ancelotti, con nombres como Jürgen Klopp y Xabi Alonso resonando como posibles sucesores, añaden más presión al entrenador.
Getafe, un rival incómodo
El Getafe, bajo la dirección de José Bordalás, se presenta como un adversario complicado. Aunque los azulones tienen bajas significativas como las de Uche, Nyom y Diego Rico, su estilo combativo y físico puede poner en aprietos a un Madrid obligado a rotar. Bordalás ha advertido que su equipo necesitará dar su mejor versión para sacar algo positivo del encuentro, y el Coliseum es un escenario que históricamente no le ha sido cómodo al conjunto blanco.
Si el Madrid gana, mantendrá vivas sus opciones de pelear por LaLiga y llegará con confianza renovada a la final de Copa. Sin embargo, un tropiezo podría ser el golpe definitivo a sus aspiraciones ligueras, dejando el título en manos del Barcelona. Además, un mal resultado aumentaría las dudas sobre la continuidad de Ancelotti y podría desatar movimientos internos en el club antes de lo previsto
