A tres días de enfrentarse al Arsenal, el Real Madrid tenía hoy una prueba de fuego frente al Alavés en Mendizorroza, pero los de Ancelotti, el hijo, se han llevado los tres puntos, pero no han dejado atrás las dudas que llevan arrastrando esta temporada.
El partido empezó de cara para los blancos, con un gol de Camavinga, el primero de la temporada, para adelantar al conjunto madrileño, pero minutos después vería como se complicaba todo después de una clara expulsión a Kylian Mbappé, la primera del francés defendiendo la camiseta blanca.
Descanso para Vini y Bellingham
Ancelotti sorprendió al dejar a Vinicius y Bellingham en el banquillo, apostando por un esquema más sólido con Tchouameni y Camavinga en el centro del campo. El partido empezó con un Alavés agresivo, intentando sacar ventaja con intensidad y presión alta, aunque sin puntería en los últimos metros.
El gol que decidió el encuentro llegó en la primera parte, tras una jugada de toque rápido entre Valverde y Arda Güler. Camavinga, desde el borde del área, definió con precisión para dar al Madrid la ventaja. Fue un destello de calidad en un partido que hubo poco fútbol, donde las oportunidades de gol brillaron por su ausencia.
Sin embargo, la situación se complicó minutos después con la expulsión de Mbappé. En un acto de frustración, el delantero francés cometió una entrada brutal sobre Antonio Blanco, dejando al Madrid con un jugador menos. La decisión del VAR, condicionó el resto del partido. El Alavés apretaba sin conseguir su recompensa, pero con la expulsión de Manu Sánchez pegó un bajón considerable en el tramo final del partido.
Un expulsado para cada equipo
Desde el minuto 38, después de la lesión de Mbappé, el Madrid adoptó un bloque defensivo extremadamente bajo. Lucas Vázquez y Fran García, destacaron en su labor defensiva junto a los centrales. El Alavés intentó aprovechar la superioridad numérica, pero no logró generar ocasiones claras más allá de algunos cabezazos imprecisos de sus delanteros.
La expulsión de Manu Sánchez en el minuto 70 equilibró las fuerzas en el campo, lo que permitió al Madrid respirar un poco más. Ancelotti aprovechó para dar entrada a Vinicius y Bellingham, quienes aportaron frescura y control en los últimos minutos. A pesar de una clara ocasión fallada por el inglés, el equipo blanco mantuvo el marcador y aseguró tres puntos cruciales.
Ambos entrenadores se van de este encuentro con pensamientos similares, el Real Madrid tenía una oportunidad de oro para cambiar la mentalidad de cara a la ‘final’ que tiene el miércoles frente al Arsenal, mientras que Coudet se marcha con la sensación de que podían rascar algo más del encuentro, los de Vitoria se encuentran solamente a un punto de los puestos de descenso.
