El sueño hecho realidad: Samu Becerra debuta con la franja. El 14 de septiembre de 2025 quedará marcado para siempre en la memoria de Samu Becerra. Canterano del Rayo Vallecano, nacido en Madrid en 2006, saltó al césped de El Sadar y cumplió su sueño: debutar en LaLiga con la camiseta del primer equipo.
Fue sustituyendo a Pedro Díaz en el minuto 80 del partido ante Osasuna, cuando el marcador ya reflejaba una derrota para los de Vallecas. Aunque poco tiempo en el campo, ese instante significa varias cosas: la recompensa a años de formación, una puerta que se abre en el fútbol profesional, y la confianza que deposita el técnico Íñigo Pérez en las promesas de la cantera. El sueño hecho realidad para Samu Becerra.
Toda una vida en Vallecas
La historia de Samu Becerra es la de un chico que soñó en grande y eligió el camino difícil: crecer en la cantera del Rayo Vallecano, ese club de barrio que convierte cada paso en una batalla y cada triunfo en un logro colectivo. Nacido en Madrid en 2006, Samu dio sus primeras patadas en el San Sebastián de los Reyes, pero pronto la franja roja le marcó el camino.
En Vallecas fue puliéndose, quemando etapas a velocidad de vértigo: de infantiles a cadete, de juvenil a filial, y siempre dejando la misma huella: talento, desparpajo y carácter competitivo. El año pasado ya lo demostró con el Rayo B, con 36 partidos y 5 goles que convencieron a técnicos y aficionados de que estaba preparado para más. No tardó en responder: en su debut en Segunda RFEF, firmó un tanto frente al Coria que disparó las expectativas.
El club también lo vio claro. En julio de 2025, Samu renovó contrato pese al interés de otros equipos. Era una declaración de intenciones: él quería seguir en Vallecas, y el Rayo apostaba por su futuro. Un futuro que empezó a escribirse de verdad el otro día, en El Sadar.
Extremo por naturaleza, mediapunta por instinto y competidor por ADN, Samu se ganó el cariño de la afición en la pretemporada, con actuaciones como la que firmó ante el PEC Zwolle, donde repartió asistencias y levantó a los suyos del asiento. Ahora, con su estreno en Primera, se ha convertido en el último ejemplo de que la franja sigue viva gracias a su cantera.
