El Valencia tenía un as bajo la manga para salvar otra nefasta temporada llena de altibajos, en los que se vio varias veces en el infierno de Segunda División, para terminar otro año más en la denominada ‘Zona Meriton’ (12º con 46 puntos), es decir en tierra de nadie.
Una temporada de altibajos en Valencia
Con Rubén Baraja al mando, el Valencia arrancó LaLiga con muchas dudas. El equipo acumuló derrotas dolorosas y mostró una gran fragilidad defensiva. También careció de soluciones en el apartado ofensivo.
El equipo llegó a situarse en los últimos puestos con solo dos victorias. Esto encendió todas las alarmas en el Camp de Mestalla. La falta de identidad futbolística y anímica llevó a Peter Lim a tomar la decisión de cambiar su “baraja”. Apostó por una nueva carta: Carlos Corberán, un entrenador sin apenas experiencia en la élite del fútbol europeo.
El cambio de cartas (Baraja-Corberán) fue el giro inesperado en medio de la oscuridad. Devolvió el rumbo, la fe y la identidad a un equipo que estaba perdido en las tinieblas.


Una segunda vuelta salvadora
Tras la llegada del técnico de Cheste en diciembre, dotó al equipo de un estilo de juego coherente. Además, impulsó una metodología de trabajo exigente.
El Valencia pasó de ser un equipo vulnerable a competir todos los partidos. Encadenó 10 encuentros sin perder. Logró cumplir los dos objetivos pendientes durante la primera vuelta: conseguir dos victorias seguidas y ganar fuera de Mestalla (Mallorca en casa y Real Madrid en el Bernabéu).
El equipo empezó como colista, con solo 12 puntos en 17 partidos bajo las órdenes del Pipo Baraja. Con el cambio de cromos, el Valencia ha sumado 34 puntos. Su balance es de 9 victorias, 7 empates y 5 derrotas en 21 jornadas de liga.

Un futuro incierto
Ahora, con la temporada finalizada, el Valencia CF afronta un verano decisivo marcado por la incertidumbre de la gestión institucional de Meriton que deja múltiples interrogantes.
La continuidad de Carlos Corberán en el banquillo, los posibles movimientos en una plantilla que sigue siendo corta y la falta de una planificación deportiva ambiciosa y estable.