El día estaba servido para la magia. Estadio repleto de furor, luces apagadas, espectáculo de luces y sensación de partido grande. En el ‘North Bank’ se alzó la imagen de la historia ‘gunner’, la de la potencia. Las siluetas de Thierry Henry, Sol Campbell y Tony Adams se erigieron de la mano de las de Ødegaard, Gabriel Magalhães y Bukayo Saka. Un símbolo de que el pasado que importa y al que hay que regresar es al de rendir en los momentos claves y conquistar títulos. Una representación de que hoy el Arsenal no solo se llevó la victoria por 3 a 1 en el derbi del norte Londres, sino que se afianzó en el liderato de la Premier para, esta vez sí, poder llevárselo todo.
La energía que crearon los aficionados se trasladó rápidamente a los jugadores. El Arsenal era consciente de lo que podían conseguir. Estaba en juego el orgullo ante el Tottenham, pero también la posibilidad de poder extender la ventaja sobre el City, el Liverpool y el Chelsea. Por lo que desde el comienzo arremetieron con agresividad ante las líneas de los Spurs.
El prólogo de un episodio de ensueño
El contexto era de película. Este derbi del norte de Londres se venía construyendo desde agosto. Porque ya en el mercado de fichajes se estaba jugando el encuentro en los despachos. Y no hay nadie que sepa eso mejor que Eberechi Eze. Estuvo a horas de firmar con el Tottenham. No obstante, el amor por el club, el proyecto y, sobre todo, la ilusión que siempre tuvo de vestir la camiseta ‘gooner’ lo impulsaron a irse al Emirates.
Así que en agosto el ex del Palace ya asestó su primer golpe sobre los Spurs. Pero es que hoy acabó por noquearlos. Gozó de una actuación repleta de inspiración para proporcionar su mejor desempeño con la camiseta del Arsenal. Desde los primeros minutos dejó un balón colgado, propio del FIFA Street, para que Declan Rice pudiese rematar en el área. Esa no pude ser, pero los de Arteta ya habían avisado de que por algo son el equipo con más pases filtrados en la Premier y que iban a explotar eso para ganarle la espalda a los de Thomas Frank.
De esa forma fue que llegó el primer gol. Asistencia extraordinaria de Mikel Merino, con comba y precisión microscópica. Leandro Trossard, hombre de disputas importantes, apareció con la sutileza de un escapista para adentrarse en el área, controlar el balón, darse la vuelta y anotar con la ayuda de un rebote en Micky Van de Ven. Con la confianza y el tren en marcha era el momento de Eberechi Eze.
Eze convierte el derbi en un manifiesto
El de Greenwich bailó dentro del área. Encontró espacios donde no los había y regateó al ritmo de su propia música para poder desenvainar un disparo que puso el dos a cero en el marcador. Después fue Timber quien le proporcionó un pase en la frontal del área para que, a pura sangre fría, Eze pudiese clavar el puñal en el Tottenham en forma de un chut a la escuadra. Ni si quisiera el sorprendente y lejano gol de Richarlison pudo quitarle los focos de encima al 10 del Arsenal. En vista de que reaccionó instantáneamente para estar otra vez en el lugar y momento correcto. Esta vez fue Trossard el asistente, pero el matador fue el mismo. Disparo potente y lleno de deseos para poder conseguir su hat-trick.
Eze se convirtió en el primer jugador en anotar un triplete en un derbi del norte de Londres (NLD), desde 1978. Además, anotó el hat-trick 400 en la historia de la Premier League. Pero es que al mismo tiempo es también el primer inglés en anotar dos tantos o más en su primer NLD desde que lo hiciese Ian Wright en 1991.
Su cara al final del encuentro lógicamente era de satisfacción, pero no era solo por el hat-trick. Tenía en sus ojos la ilusión de un niño chico cumpliendo un sueño. En sus gestos existía la incredulidad de quién encuentra su lugar. Porque hoy Eberechi Eze cerró el ciclo que lo llevó a ser parte del Arsenal, desde su FA Cup con el Palace, desde abandonar la academia como joven ‘gooner’, hasta estar a punto de fichar por el gran rival. Pero, como todo, este final de ciclo es tan solo el comienzo de uno nuevo. El de una estrella que empieza a exhibir destellos dentro de un esquema que está destinado a poder volver a la gloria.
