2 meses y un día. Ese es el tiempo que lleva el Real Madrid sin contar con uno de sus máximos referentes. Hasta ahora, ha sido una ausencia que ha pasado ligeramente desapercibida. No obstante, el retorno de dicho futbolista puede ser una de las mejores noticias posibles para el Real Madrid, y, sobre todo, para Xabi Alonso. No es ni más ni menos que Jude Bellingham, que, tras estar apartado de los terrenos de juego durante 8 largas semanas, ve la luz al final del túnel.
Una lesión “aplazada”
Jude Bellingham ha tenido que frenar en seco justo cuando estaba en lo más alto. El mediocampista inglés arrastraba desde finales de 2023 un problema en el hombro izquierdo que parecía controlado gracias a un vendaje, pero el dolor nunca desapareció del todo. Partido tras partido, la lesión se convirtió en un compañero incómodo hasta que dejó de ser sostenible. El pasado 16 de julio llegó la decisión inevitable: pasar por el quirófano en Londres para corregir una luxación recurrente que amenazaba con alargar su calvario. La intervención fue un éxito, aunque trajo consigo un diagnóstico claro y duro para cualquier futbolista: entre diez y doce semanas lejos del balón.
Para el Real Madrid, la baja supuso perder a uno de sus líderes en el arranque de temporada. Sin embargo, el equipo logró sostener el pulso competitivo mientras Bellingham se centraba en una recuperación exigente, marcada por el trabajo físico y la paciencia. Hoy, más de dos meses después, la paciencia comienza a dar sus frutos. El inglés ya entrena con el grupo y apunta a un regreso que ilusiona a todo el madridismo. Su vuelta no solo devuelve calidad y gol al centro del campo: también recupera al jugador que se había convertido en el gran símbolo del proyecto blanco.
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— Real Madrid C.F. (@realmadrid) September 8, 2025
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Los “Bellinghams” que han jugado en su ausencia
Durante este tiempo, Xabi Alonso ha movido fichas para mantener el equilibrio en el centro del campo y, sobre todo, los goles que Bellingham había convertido en marca registrada. Brahim Díaz fue el primero en asumir ese rol más adelantado, aportando movilidad y desborde en los metros finales. En otros partidos, Fede Valverde dio un paso al frente con su despliegue físico y llegada desde segunda línea, mientras que Arda Güler, en momentos puntuales, ofreció la chispa creativa que tanto necesitaba el equipo.
Incluso Rodrygo, habitual en la delantera, se retrasó en algunas fases para ocupar esa media punta que normalmente gobierna el inglés. No fue un camino sencillo: el Madrid perdió automatismos y, en más de un encuentro, extrañó la influencia silenciosa pero decisiva de Bellingham.