Isco Alarcón vuelve a vestir la camiseta de la selección española. El centrocampista del Real Betis ha sido convocado para la disputa de la la Final Four de la UEFA Nations League en Alemania. Su regreso supone una de las noticias más celebradas por los aficionados, que aún recuerdan la que, hasta ahora, sigue siendo la mayor exhibición del malagueño con “La Roja”.
Hay que remontarse a los clasificatorios para el Mundial de Rusia de 2018. El 2 de septiembre de 2017, España se impuso 3-0 a Italia. Aquel partido, disputado en el Santiago Bernabéu, quedó grabado en la memoria colectiva por la actuación estelar de Isco, autor de dos goles ante el mítico Gianluigi Buffon, uno de falta, y dueño absoluto del juego. Regates, cambios de ritmo, controles orientados imposibles… Verratti todavía tiene pesadillas de ese día. Todo fluyó al ritmo del malagueño, que esa noche alcanzó la cima de su carrera con la selección.
La larga travesía de Isco por el desierto
Desde entonces, su trayectoria ha sido irregular, marcada por lesiones, falta de continuidad y una salida brusca del Real Madrid que lo alejaron del foco. Sin embargo, esta temporada ha resurgido con fuerza en el Real Betis. Bajo la dirección de Manuel Pellegrini, Isco ha recuperado su mejor versión, convirtiéndose en el líder del equipo verdiblanco, llevándolo a su primera final europea. Ha firmado una campaña sobresaliente en LaLiga, con goles, asistencias y actuaciones memorables que lo devolvieron al escaparate nacional e internacional. De hecho, fue uno de los grandes ausentes de la pasada Eurocopa, a la que no pudo asistir por una inoportuna lesión en el tramo final del curso.
Su inclusión en la convocatoria para la Final Four no solo premia su gran año, sino que responde a la necesidad de talento, experiencia y pausa en el centro del campo. La afición española celebra su regreso, esperanzada en que pueda volver a brillar como aquella vez en Madrid.
El fútbol, a veces, ofrece segundas oportunidades. Isco está de vuelta con la camiseta de España, y aunque los años han pasado, su magia sigue intacta. La Final Four es el nuevo escenario. Y España, una vez más, sueña con su fútbol.
