El técnico croata, Ivan Jurić, se despide del banquillo de St Mary´s Stadium como el peor entrenador de la historia de la competición. Doce derrotas, un empate y una única victoria, por la mínima y ante el modesto Ipswich, en sus catorce partidos ligueros como mandatario acaba con las remotas opciones que tenían los ingleses de salvar la categoría.
Tras la hecatombe, las críticas de la afición fueron especialmente duras contra Ivan Jurić. Por ese motivo, el ya ex entrenador activó una cláusula que figuraba en su contrato con la que podía desligarse del club al día siguiente de confirmarse la pérdida de categoría y tras poco más de cien días en el cargo. Ciento ocho días en los que únicamente pudo sumar cuatro puntos de cuarenta y dos posibles, deduciendo una media de 0,29 puntos por partido y convirtiéndose en la cifra más baja desde que hay registros en la Premier League. Supera así a Terry Conor, que registró 0,31 puntos por partido en su actuación en la temporada 2011/12.
El croata termina así, si es que nadie le contrata de urgencia, la peor temporada de su carrera como entrenador. La AS Roma también acabó con su relación en el pasado mes de noviembre, antes de firmar por el Southampton, descenderlo y empezar a recordar la comodidad con la que entrenaba en el Torino.
El futuro del club tras la marcha de Ivan Jurić
Simon Rusk, hasta ahora segundo entrenador, será el técnico interino con el que finalicen la campaña The Saints y Adam Lallana será su asistente aun siguiendo en activo en la propia plantilla. El escocés buscará redimirse de lo sucedido con Ivan y deberá evitar certificar un nuevo récord en la competición. Con jugadores de la categoría de Ramsdale al mando, buscarán eludir la puntuación más baja de la historia del campeonato, récord que ostenta el Derby County en la temporada 2007/08 con once puntos.
Completan el podio el Sunderland de la 2005/06, que consiguió quince puntos y el Aston Villa de la 2015/16, con diecisiete. El Southampton roza el infierno con diez puntos a falta de siete encuentros en los que ya no se juega nada, más allá de esta particular honra.
