En una noche memorable para el fútbol balcánico, la selección de Kosovo ha dado un paso histórico hacia su primer gran torneo internacional al asegurarse una plaza en la repesca del mundial 2026 tras vencer por 2-0 a Eslovenia como visitante.
En un grupo donde los Kosovos parecía ser el rival más asequible, se ha dado una versión totalmente distinta. Es que de los 5 partidos jugados hasta ahora, la selección Kosova ha ganado 3 partidos, dos contra la selección sueca y el de ayer contra Eslovenia. Aunque todavía falta por jugar 1 partido, la selección que la sigue por detrás, Eslovenia, es tercero con 3 puntos, lo que hace ya matemáticamente imposible quedar por delante de Kosovo debido a los 10 puntos que conservan.
Del sueño a la realidad: el camino de Kosovo
Desde sus orígenes, la federación de fútbol Kosovo ha tenido una trayectoria marcada por desafíos. El fútbol en Kosovo se remonta a comienzos del siglo XX, con los primeros clubes formados en 1922.
Sin embargo, tras la ruptura de Yugoslavia, y a pesar de la declaración de independencia del país en 2008, Kosovo no fue reconocido de inmediato por la FIFA y la UEFA, lo cual frenó su acceso al fútbol internacional competitivo. Fue en mayo de 2016 cuando la Federación de Fútbol de Kosovo obtuvo el reconocimiento oficial de FIFA y UEFA, lo que permitió a Kosovo participar en las fases de clasificación para grandes torneos.
Çfar atmosfere ka krijuar Agimi me prurjen e Atdhe Nuhiut ne staf dhe plot lojtareve te rinj….krejt ky sukses eshte fal angazhimit 100 % te Agimit per Kosoven pic.twitter.com/PlNH3gE3pD
— Kosovo national team (@team_kosovo) October 13, 2025
Desde entonces, el proyecto nacional ha ido madurando: desde partidos modestos hasta lograr resultados que activaron las alarmas en Europa. La clasificación para la repesca es una culminación simbólica de esta evolución.
Un logro que trasciende el marcador
No se trata únicamente de una victoria en el campo: todo lo conseguido en los terrenos de juego lleva consigo la historia de un país que luchó por su independencia, por su lugar en el mundo y también en el deporte. La selección kosovar carga con esa narrativa, y hoy escribe un nuevo capítulo.
Para los aficionados al fútbol, y en particular para quienes siguen la evolución de selecciones emergentes, este éxito de Kosovo es un ejemplo claro de cómo el deporte puede orgullo y proyección internacional.






