Kovacs y sus errores en el partido del Atlético de Madrid

Los jugadores del Atlético de Madrid, así como su afición se quejan de la actuación del árbitro rumano ante el Paris Saint Germain.
Kovacs pitando un encuentro como árbitro.

El Atlético de Madrid encajó una contundente derrota por 4‑0 ante el PSG en su estreno en el Mundial de Clubes, un resultado que no solo revela la superioridad técnica del conjunto francés, sino también una actuación polémica del árbitro rumano István  Kovács.

Desde los primeros minutos, Kovács mostró una interpretación rigurosa del reglamento: el Atlético acumuló siete faltas y recibió siete amarillas, una estadística que muchos tachan de “surrealista”. A los 57 minutos, el equipo rojiblanco sintió que tenía vida cuando Julián Álvarez batió a Donnarumma, pero el colegiado revocó el gol tras una indicación del VAR: según Kovács, Koke cometió falta sobre Désiré Doué en la jugada previa. La situación empeoró cuando Clément Lenglet fue expulsado a los 78 minutos.

Julián Álvarez lanzando una falta ante el Paris Saint Germain.
Julián Álvarez lanzando una falta ante el Paris Saint Germain. Vía:@Atleti

El central, ya amonestado, vio una segunda tarjeta por protestar ¡una doble amarilla más que dudosa! impulsando aún más la indignación colchonera. Koke, visiblemente molesto, evitó criticar directamente, pero admitió que el equipo “vino caliente tras decisiones que no eran las correctas” Tras el partido, Koke lanzó duras críticas: “4‑0 no es justo… cada decisión iba para el PSG…”, dejando claro su malestar con el arbitraje. Simeone, por su parte, optó por no hablar mucho del tema: “Me aburre hablar de temas reiterativos”, aunque su gesto aplaudiendo la decisión de Kovács en el campo fue interpretado por muchos como una denuncia implícita .

El choque en Pasadena, con un calor agobiante de casi 38 °C arrojó un balance brutal: Fabián Ruiz y Vitinha encarrilaron el marcador antes del descanso, y ya con uno menos, PSG amplió con tantos de Mayulu y Kang‑in Lee. El Átleti queda contra las cuerdas y solo una victoria ante Seattle y  Botafogo podría mantener vivo su Mundial.

El Atlético se marcha con un sabor agridulce: superado por la calidad y la diferencia táctica del PSG, pero especialmente dolido por un arbitraje que, una vez más, le complica la vida en citas internacionales.

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