Anoche, en un encuentro que pudo suponer el fin de un proyecto en el Real Madrid, Xabi Alonso decidió confiar en Rodrygo. Uno de esos jugadores eléctricos, con calidad, de los que te sacan adelante un partido de Champions League, pero aún así, el Rodrygo actual no llevaba en su mochila todas esas cualidades que un día le hicieron ser uno de los protagonistas del equipo. Xabi Alonso confiaba en él, pero la afición era consciente que el brasileño hacía meses que no demostraba su mejor versión encadenando una racha de 32 partidos sin encontrarse con el gol. Sin embargo, fue la noche perfecta para el resurgir del brasileño.
Rodrygo jugó en esa banda derecha por la que tantas alegrías dio al madridismo en el pasado, una banda derecha a la que la falta un protagonista esta temporada, y ayer el brasileño demostró que esa banda todavía lleva su nombre. El encuentro empezó eufórico, el Bernabéu empujaba al equipo como se merecía en una noche del calibre que era, para que después de la catástrofe ante el Celta de Vigo, el equipo y la afición remasen en la misma dirección. Y aunque en momentos del partido, el madridismo exigiese ofensivamente al equipo una marcha más, ayer el Real Madrid aunque saliese derrotado lo hizo con compromiso, unidad y actitud, algo que se ha reprochado a los jugadores en los últimos encuentros.
Rodrygo está de vuelta
El brasileño decidió que iba a ser su noche, fue el futbolista merengue que más peligro generaba, jugaba y hacia jugar. En el minuto 28 llegó esa salida de Álvaro Carreras hasta prácticamente la línea de medio campo, Gonzalo recibía y se apoyaba en Bellingham, el inglés avanzaba y vio solo a Rodrygo en banda derecha. La posesión del esférico llegaba a pies del brasileño y este no se lo pensó, controló hacia delante con la diestra y la pegó cruzada al segundo palo, inalcanzable para Donnarumma convirtiendo así, el primer tanto de la noche y dejando atrás la sequía de 32 encuentros sin anotar.
Rodrygo se llevaba la mano al escudo y lo celebraba con los demás compañeros sabiendo que iba a ser su noche. Lo culminó dirigiéndose a la persona que camina sobre el alambre, hacia su entrenador, Xabi Alonso. Un abrazo que demostró la unidad y la confianza entre técnico y futbolista, y de esa misma acción fue de la que el brasileño habló tras finalizar el encuentro ante las cámaras de Movistar+: «Fui a darle un abrazo a Xabi Alonso porque él también lo está pasando mal, y entiendo los pitos de la afición es lo más justo por donde venimos. Se dicen muchas mentiras, sabemos dónde estamos, tenemos que poner de nuestra parte, estamos con Xabi».
