La Masia, donde crecieron de algunos de los mejores futbolistas de la historia, ha vuelto a ser protagonista en el mercado. Han sido 17 los jugadores formados en la Ciudad Deportiva Joan Gamper que cambiaron de club este verano en las cinco grandes ligas, generando un movimiento total de 135,1 millones de euros.
LaLiga, terreno fértil para los ex culés
En España, la influencia fue notable. Hubo fichajes directos desde el Barça y algunos movimientos de antiguos canteranos, y en total se registraron siete operaciones por un total de casi 30 millones de euros. Pablo Torre y Jan Virgili pusieron rumbo al Mallorca, mientras Arnau Tenas se sumó al Villarreal, Ilaix Moriba y Ferran Jutglà recalaron en el Celta, Carles Aleñá firmó con el Alavés y Roberto Fernández con el Espanyol.
Inglaterra se deja el dinero
Donde realmente se disparó la cifra fue en la Premier League, gracias a un nombre, Xavi Simons. El mediapunta neerlandés, que años atrás fue uno de los diamantes más promocionados de La Masia, fichó por el Tottenham a cambio de 65 millones de euros, la mayor operación del verano relacionada con un canterano azulgrana. A su lado, Adam Aznou reforzó al Everton por 9 millones. Dos movimientos que, juntos, elevan la cuenta inglesa hasta los 74 millones.
Italia abre las puertas, pero Alemania no tanto
La Serie A también abrió las puertas a varios talentos formados en Barcelona. Álex Valle fue adquirido por el Como tras el pago de su cláusula de 6 millones, mientras que Álex Sala (Lecce), Antonio Sanabria (Cremonese) y Eman Kospo (Fiorentina) completaron un cuarteto que movió 10,4 millones. En Alemania, en cambio, la aportación fue mínima. Noah Darvich dejó el Barça B para firmar con el Stuttgart por 1 millón de euros.
Más allá de las cinco grandes ligas
El resto del mundo tampoco quedó afuera de estas compras. Pau Víctor firmó con el Braga a cambio de 12 millones, Álex Collado se marchó al Al-Shamal catarí por 2,5 y Ludovit Reis se unió al Brujas por 6. Entre los tres, otros 20,5 millones que completan un verano muy movido para los culés.
Al final, el mercado de fichajes volvió a demostrar que La Masia no solo nutre al Barça, también alimenta a toda Europa. Los que se quedan, como Lamine o Cubarsí, siguen siendo el futuro del club, y los que se marchan, lo hacen dejando dinero y manteniendo viva la cantera azulgrana en otras ligas. Un win–win que confirma lo que ya sabemos, de la fábrica de Sant Joan Despí nunca dejan de salir jugadores que hacen ruido.