El Barça no es el mismo que el año pasado. Es una certeza. La derrota en el clásico por 2-1 dejó en evidencia las flaquezas de los de Flick esta temporada respecto a la anterior. El físico, la mala presión en campo contrario, la defensa y las múltiples lesiones son algunas de las causas por las que el conjunto blaugrana no está siendo aquel equipo que maravilló a todo el mundo la temporada pasada.
Las lesiones están jugando una mala pasada al Barça esta temporada. Hasta la fecha, doce futbolistas han pasado por la enfermería blaugrana, uno más a estas alturas la campaña anterior. Las bajas de Raphinha, Lewandowski y Dani Olmo están dejando al Barça huérfano en ataque. Además de ello, Lamine Yamal y Ferran Torres, que también han sufrido lesiones, se les nota mermados y que aún no están al 100% físicamente.
“Las lesiones nos duelen, pero tenemos que gestionar bien la situación. Este es nuestro trabajo”, comentó Flick hace apenas dos semanas. El técnico alemán siempre se ha mostrado y positivo con su equipo pese a las lesiones. Aunque por ello haya tenido que hacer inventos para contrarrestar las bajas. Como por ejemplo, poner a Araujo de delantero centro contra el Girona. Un recurso que le hizo ganar tres puntos.
Bajón en la presión tras pérdida del Barça
Si por algo se caracterizaba el Barça de Flick la temporada pasada era por su presión alta y su agresividad tras pérdida. Una táctica que le permitía dominar los partidos a la perfección y tener muchas ocasiones por las zonas en las que robaba el balón. Este año, la agresividad no es la misma y la presión no es efectiva. Esto provoca que el rival salga con el esférico controlado y genere peligro a las espaldas de la zaga culé.
Algo que confesó el propio Pedri tras ganar por la mínima en casa ante el Girona: “Cuando presionas mal y tienes la línea tan arriba es muy fácil para el contrario crearte ocasiones“. Una de las razones de la mala presión de los blaugranas puede ser la baja de Raphinha. El delantero brasileño era el primero en ser agresivo tras pérdida para provocar el fallo de los demás. Una actitud que los compañeros le seguían y conseguían hacer una defensa coral muy alta.
Aun así, con toda la plaga de lesiones que está sufriendo el Barça, los problemas en presión y la poca contundencia en defensa, los blaugranas están a cinco puntos del Madrid y vivos en todas las competiciones. Y como pasó el año pasado, no den nunca por muertos a los de Flick. Cuando menos se lo esperen los rivales, el Barça podrá volver a ser ese equipo arrollador que fue la temporada pasada. Al menos, con todos sus jugadores sanos, tiene herramientas para volver a serlo.
