En el último año, el Atlético de Madrid ha registrado una auténtica explosión en el valor de mercado de varios de sus futbolistas clave. No solo en el césped, sino también en su impacto en la ciudad, el Atlético ha sabido revalorizarse tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Jóvenes joyas al alza
Según Transfermarkt, Giuliano Simeone ha pasado de 3 a 35 M€ (subida de +32 M€), convirtiéndose en el séptimo valor más incrementado en LaLiga. Pablo Barrios, con paso firme en el centro del campo, ha pasado de 25 a 55 M€, situándose en el octavo lugar nacional. Y el flamante fichaje Álex Baena, procedente del Villarreal, ha visto su valor crecer de 40 a 55 M€.
— Atlético de Madrid (@Atleti) June 19, 2025
Esta tendencia de extremos opuestos con jugadores veteranos como Griezmann. El francés ha sufrido una caída importante en su valor de mercado. Esto revela un plan firme del Atlético: rejuvenecer y asegurarse una plantilla con potencial de crecimiento económico y deportivo.
Más allá del mercado: revalorización urbana
La repercusión de este crecimiento no termina en fichajes y balances. Desde 2008, la presencia del club en el barrio de San Blas‑Canillejas ha sido decisiva para su transformación urbana y social: remodelación de infraestructuras, nuevas zonas verdes, mejora en transporte y el ambicioso proyecto de la “Ciudad del Deporte”. Esta renovación ha impulsado el valor inmobiliario y generado empleo, alimentando una sinergia real entre club y barrio.
En paralelo a su estrategia de mercado y urbanística, el Atlético ha redescubierto sus raíces. El regreso al escudo clásico, el diseño más tradicional de la camiseta y el restablecimiento del nombre histórico “Atlético Madrileño” para el filial no solo simbolizan una estrategia de marketing; representan un retorno a una identidad auténtica que conecta a generaciones de aficionados