Normalmente se suele decir que después de la tempestad sale el sol. Pero ese no es siempre el caso. Hay lugares y contextos que siempre suelen ser la excepción a la norma, algunos por cuestiones positivas y otros, desgraciadamente, por lo contrario. Eso es exactamente lo que ocurre tanto en la película, como en la serie de Ciudad de Dios. Por eso el protagonista de la historia, Buscapé, destaca que en el caso de su favela todo es muy diferente: “Después de la calma viene la tempestad”. Una frase que resume perfectamente la historia del fútbol venezolano y el estado actual de la Vinotinto.
Los precedentes recientes no son la excepción. Venezuela comenzó las eliminatorias al Mundial de 2026 de una forma inmejorable. Dos victorias en casa contra rivales directos (Paraguay y Chile) y un empate en la visita a Brasil. Pero después del envión anímico que debía suponer ese buen comienzo todo ha ido desmejorando. Porque siempre, después de la calma viene la tempestad.
Una tormenta de resultados negativos que se tradujo en que Venezuela fue la única selección sudamericana que no ganó ni un solo encuentro por eliminatorias en todo el 2024. Porque la Vinotinto busca su primera victoria tras más de un año. La última vez que los del Bocha Bastista consiguieron ganar en las eliminatorias mundialistas fue en octubre de 2023 contra los chilenos. Desde entonces, los venezolanos acumulan cinco empates y tres derrotas. Lo que ha desembocado en que ahora mismo Venezuela no esté ni siquiera dentro del puesto de repechaje en la clasificación. Están a un punto de Bolivia.
La Vinotinto y el desafío de romper el ciclo
Lo cierto es que a pesar del mal 2024 que tuvo el combinado venezolano, aún tienen buenas posibilidades y grandes argumentos para poder hacerse con la séptima plaza que da acceso a la repesca. Porque tras la victoria de ayer de Paraguay frente a Chile, parece que la clasificación directa ya es un sueño de antaño. Un objetivo que se ha vuelto a quedar muy lejos de la realidad del fútbol Vinotinto.
Pero el entrenador de la selección venezolana, Fernando ‘Bocha’ Batista, tiene claro la mentalidad con la que deben afrontar los siguientes partidos: “Como le dije a los jugadores, comienza una eliminatoria nueva. Cada año es diferente, tenemos un torneo de 18 puntos en el que tenemos que sacar la mayor cantidad de puntos posible”. Para poder asegurarse ese séptimo lugar Venezuela afronta una doble fecha clave. No tanto por el encuentro ante Ecuador, donde un punto sería el equivalente a encontrar agua en el desierto. Sino que son jornadas cruciales por el enfrentamiento en el que la Vinotinto recibe a Perú.
La selección peruana venció a Bolivia por tres a uno y se ha quedado a dos puntos de Venezuela. Eso sí, a la espera de lo que pase esta noche en el duelo de los venezolanos frente a Ecuador. Por lo que el partido del martes puede definir si los del ‘Bocha’ dejan atrás a Perú para poder adueñarse de la plaza del repechaje o si vuelven a sufrir una noche amarga que acaba en un ciclo de decepción.
Todos los análisis indican que con 10 puntos Venezuela debería ser capaz de asegurarse la clasificación a la repesca. Pero para ello son fundamentales la victoria sobre el combinado peruano y también sobre Bolivia en la siguiente ventana FIFA.
Justamente en la previa de los partidos de esta semana Venezuela se ha visto debilitada. En vista de que varios jugadores clave de la selección, principalmente en defensa, no van a poder disputar los siguientes encuentros. Miguel Navarro y Rubén Ramírez han sufrido lesiones por la que son baja de cara a las dos disputas. Mientras que Jon Aramburu no podrá jugar contra Ecuador por suspensión. La única buena noticia en la previa es que tras la apelación a la sanción por parte de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), Alexander González podrá disputar el partido.
Venezuela tiene que tener claro que es cierto que después de la calma viene la tempestad. Pero que también es cierto que después de la tormenta siempre queda algo en pie. La voluntad de volver a intentarlo. El fútbol venezolano ha aprendido a convivir con la adversidad, a encontrar en cada revés una razón para seguir luchando y para seguir creyendo. Porque aunque la historia parezca escrita de antemano, en cada partido existe la posibilidad de romper el ciclo y demostrar que, a veces, incluso en la caótica Ciudad de Dios, el sol también puede volver a salir.
