El FC Barcelona se estrena mañana en la Champions League con una visita exigente a St. James’ Park para medirse al Newcastle. Lo hará sin una de sus piezas más importantes: Lamine Yamal. El joven extremo arrastra problemas físicos y no estará disponible en un partido que puede marcar el arranque europeo del equipo. Su ausencia vuelve a poner sobre la mesa una cuestión que ya se ha visto en otras ocasiones: ¿cómo responde el Barça cuando no juega su gran estrella?
Los números no engañan. Cada vez que Lamine no ha estado, al conjunto azulgrana le ha costado más sacar los partidos adelante. En LaLiga de la pasada temporada se vio claramente. El Barça perdió en Anoeta contra la Real Sociedad (1-0) y empató en Balaídos ante el Celta (2-2), dos encuentros en los que el joven de Mataró no pudo participar. Sin su velocidad y capacidad para desequilibrar por la banda, al equipo le faltó chispa y profundidad en ataque.
En Europa también se notó. Ante el Brest, en la fase de grupos, el Barça ganó 3-0, pero el juego fue menos dinámico que en otras noches con Lamine en el campo. El resultado fue bueno, pero el plan ofensivo perdió verticalidad y esa sorpresa que suele aportar el canterano.
Incluso cuando ha estado disponible pero no de inicio, su influencia se ha echado en falta. En un duelo frente al Celta, Flick decidió darle descanso tras 24 titularidades seguidas. El Barça empezó sin claridad arriba y solo mejoró con la entrada de Yamal en la segunda parte.
Mañana, en Inglaterra, el Barça tendrá que encontrar soluciones sin él. El Newcastle es un rival fuerte en casa, con un ambiente muy duro para los visitantes. El 6-0 al Valencia en Liga es un buen precedente, pero la Champions es otra historia y el equipo deberá demostrar que sabe competir también sin su gran talento joven.
El calendario aprieta y Flick necesita alternativas para no depender tanto de un solo jugador. El Barça sabe ganar sin Lamine, pero hacerlo de forma regular es todavía su gran reto.
