Un 16 de octubre de 2004, Leo Messi jugó su primer partido oficial con el primer equipo del FC Barcelona. Tenía solo 17 años y muchos lo veían como un joven con mucho talento, pero nadie imaginaba lo que estaba por venir. Ese día, Messi entró al cesped de Montjuic en el minuto 82 en un derbi contra el Espanyol, por entonces los pericos jugaban de locales en Montjuic. No marcó goles ni dio asistencias, pero se notaba algo especial en él. Una manera diferente de moverse, de tocar el balón y de entender el juego. Era el comienzo de una historia que cambiaría al club para siempre.
Messi había llegado a La Masía con apenas 13 años desde Argentina, buscando cumplir su sueño de ser futbolista profesional. Desde el primer momento comenzó a impresionar a todos. Su debut no fue un partido para que se quedara grabado en la memoria, pero sí fue el inicio de un camino que lo llevaría a ser uno de los mejores jugadores de la historia.
Durante sus 17 años en el Barça, Messi se convirtió en el máximo goleador del club con más de 670 goles y ganó 10 Ligas, 7 Copas del Rey, 4 Champions League, entre otros títulos. Cada partido mostraba su talento único con regates imposibles, tiros de falta precisos y una inteligencia en el campo que parecía innata. Con el tiempo, se convirtió en líder del equipo, aunque siempre de manera discreta, dejando que su fútbol hablara por él.
Messi dejó una huella en la afición y en la historia del FC Barcelona y de LaLiga. Su salida en 2021 fue dolorosa, pero aquel 16 de octubre de 2004 siempre quedará como el día en que empezó todo.
