El portero ucraniano afronta esta nueva cita europea con un recuerdo aún reciente: una noche amarga ante el AC Milan en el Santiago Bernabéu que, pese al resultado (1-3), reforzó su imagen de guardameta fiable incluso en las circunstancias más adversas.
Mientras el conjunto blanco se prepara esta noche para un encuentro cargado de presión y necesidad, conviene echar la vista atrás para recuperar cómo fue aquel último examen continental del internacional ucraniano.
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— Real Madrid C.F. (@realmadrid) November 26, 2025
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La última defensa europea de Lunin
Ese duelo, disputado el 5 de noviembre de la pasada temporada, terminó con una derrota por 1-3 para el Real Madrid. El resultado fue duro, pero no reflejó con certeza el papel de un Lunin que se encontró un equipo frágil atrás, superado por la intensidad rival y perdiendo duelos por todo el campo.
La noche se torció desde muy pronto. A los doce minutos, un córner botado por Pulisic encontró la cabeza de Malick Thiaw, que remató prácticamente solo dentro del área pequeña. La acción volvió a exponer uno de los males de aquel Madrid: la vulnerabilidad en el balón parado. Lunin apenas tuvo margen de reacción.
Antes del descanso, Álvaro Morata aprovechó un nuevo desajuste defensivo para firmar el 1-2. Lunin había salvado un par de jugadas claras justo antes, pero no pudo tapar todos los agujeros de una zaga irreconocible. La primera parte terminó con la sensación de que el ucraniano sostenía al equipo mientras todo lo demás se tambaleaba.
La segunda mitad mantuvo el mismo guion. El Madrid adelantó líneas, buscó la reacción y, al mismo tiempo, dejó espacios que el Milan explotó con facilidad. Reijnders firmó el 1-3 con un disparo potente que Lunin llegó a tocar, pero no consiguió desviar del todo.
Desde ese momento, el guardameta se convirtió en el principal responsable de que la derrota no fuese aún mayor: detuvo un mano a mano, desvió un disparo cruzado y se mostró seguro en centros laterales. Incluso llegó a sostener la esperanza durante unos minutos, justo antes de que un gol de Rüdiger fuese anulado por el VAR.
Al término del partido, la imagen de Lunin fue la de un jugador abatido. Hoy, con una nueva oportunidad europea delante, el ucraniano busca escribir un capítulo muy distinto en lo grupal, pero semejante en lo individual.






