Kylian Mbappé no ha tardado en enchufarse con la camiseta del Real Madrid. En su primera temporada como merengue, el delantero francés ha firmado nada menos que 39 goles, superando el récord que tenía Iván Zamorano desde la 94-95. Es, de hecho, el mejor debut goleador de un fichaje blanco en décadas, incluso superando las 33 dianas de Cristiano Ronaldo en el 2009.
Con su velocidad, regates y olfato de gol, Mbappé ha sido un dolor de cabeza constante para las defensas rivales. Su conexión con Bellingham y Vinícius ha dado forma a un ataque letal, capaz de brillar tanto en el Bernabéu como en cualquier estadio de Europa. Números top, jugadas para enmarcar y una sensación constante de que cada vez que toca el balón puede pasar algo grande.
Mucho brillo, pocos trofeos
Pero a pesar de su espectacular temporada, el palmarés colectivo del Madrid en este curso ha quedado algo corto. Solo han caído dos títulos: la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental. No está mal, pero tampoco es lo que se espera en Chamartín, donde la afición sueña con Champions y Ligas cada año.
Las eliminaciones en Copa y Champions, sumadas a una Liga que se escapó en el tramo final, han dejado cierta frustración entre los madridistas. Mbappé cumplió con creces, pero ni su récord goleador pudo evitar una sensación agridulce en el cierre de temporada.
A por todo en el próximo curso
Lo positivo: este solo ha sido el comienzo. El francés ha demostrado que está más que preparado para liderar al Madrid en los próximos años. Tiene 25 años, hambre de títulos y un talento de otro planeta. Si el equipo logra acompañar sus cifras con mayor solidez defensiva y algo más de regularidad, los títulos grandes no deberían tardar en llegar.
Por ahora, Mbappé ya ha dejado claro que su fichaje ha sido un acierto total. La próxima temporada será clave para convertir los goles en gloria.
