La Selección Española vuelve a demostrar su poderío. Dos goles de Mikel Merino, ambos de cabeza, guiaron a la selección en una victoria cómoda ante Bulgaria (4-0) que sirvió para igualar el récord de 29 partidos oficiales consecutivos sin perder. El jugador del Arsenal, convertido en un inesperado goleador, volvió a ser decisivo y se ganó los elogios del estadio José Zorrilla, donde se respiró fútbol, ilusión y confianza en el equipo de Luis de la Fuente.
La noche fue tranquila para casi todos los internacionales, salvo Samu, que se retiró al descanso con molestias. En Barcelona, Hansi Flick pudo respirar aliviado tras ver a Pedri completar una actuación brillante sin problemas físicos. El técnico español apostó por cuatro cambios respecto al partido anterior: Grimaldo, Laporte, Baena y Samu entraron de inicio en un once diseñado para dominar a una Bulgaria hundida en la clasificación y dirigida por Aleksandar Dimitrov, que introdujo hasta ocho cambios en busca de una reacción que nunca llegó.
La selección no tuvo rival
El guion fue el esperado, España, dueña del balón, asedió el área rival desde el inicio. Oyarzabal y Baena abrieron el campo, mientras Pedri distribuyó con su habitual visión de juego. El azulgrana fue protagonista en el 17’, sirviendo medio gol a Samu, que no logró batir a Vutsov, y un minuto después rozó el tanto con una vaselina al larguero. La grada coreó su nombre, consciente del recital que ofrecía.
El 1-0 llegó en el minuto 35 con la ya clásica conexión entre Pedri y Le Normand, que esta vez asistió a Merino. El navarro repitió en la segunda mitad, otro cabezazo, otro gol, otro paso más hacia el Mundial. Borja Iglesias, sustituto de Samu, firmó un gran arranque con tres ocasiones claras, y Oyarzabal cerró la goleada desde el punto de penalti tras una falta sobre Merino. Minutos antes, Chernev había marcado en propia puerta. España volvió a ganar, igualó su récord histórico y dejó todo listo para certificar su pase al Mundial en Georgia, en noviembre
