El primer partido del Girona en Primera División quedó marcado para siempre en la memoria de su afición. Tras lograr el histórico ascenso, el conjunto gerundense se estrenó en la élite del fútbol español ante el Atlético de Madrid, en la temporada 2017-18, y lo hizo con un empate 2-2 en Montilivi que simbolizó mucho más que un simple punto.
Aquel encuentro inaugural no solo sirvió para presentar al Girona en Primera, sino que fue el primer indicio de que aquel equipo estaba preparado para competir. Frente a un Atlético que acabaría siendo subcampeón de Liga y finalista de la Champions League, el recién ascendido mostró personalidad, carácter y una ambición que marcarían toda la temporada.
FINAL | 2-2 | El Girona suma un punt en el seu debut històric a Primera Divisió. #GironaAtleti pic.twitter.com/J5Xj9DvAfA
— Girona FC (@GironaFC) August 19, 2017
El debut que anticipó al Girona revelación
Lejos de conformarse con la permanencia, el Girona firmó una primera vuelta notable, sumando 26 puntos y situándose en una cómoda décima posición. El equipo no solo se alejó pronto de la zona de descenso, sino que protagonizó varios de los grandes titulares del curso.
Además del empate ante el Atlético en la jornada inaugural, Montilivi vivió uno de los partidos más recordados de la temporada con la victoria por 2-1 ante el Real Madrid, probablemente el gran golpe sobre la mesa de aquel Girona que ya empezaba a ser visto como algo más que una sorpresa pasajera. Incluso llegó a soñar con cotas mayores: durante buena parte del campeonato, el objetivo de entrar entre los siete primeros clasificados y acceder a competiciones europeas estuvo al alcance, aunque finalmente no se logró. La sensación, en cualquier caso, fue la de haber firmado una temporada fundacional.
#HISTÒR1A ⚪🔴
— Girona FC (@GironaFC) March 3, 2018
El Girona es converteix en el millor debutant de l'història de @LaLiga a la jornada 27 en assolir els 40 punts que, alhora, certifiquen la permanència a la Primera Divisió.#OrgullGironí pic.twitter.com/NPEEnxeobO
Ocho años de crecimiento y una rivalidad con goles
Con el paso del tiempo, aquel debut ante el Atlético ha adquirido un valor simbólico aún mayor. Ocho años después, la historia del Girona ha superado cualquier expectativa imaginable. En 2022, el equipo logró mantenerse durante toda la temporada en la parte alta de la tabla, codeándose con gigantes como Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid, una hazaña impensable pocos años antes.
Ese crecimiento culminó con la clasificación para la Champions League, un hito histórico que confirmó la consolidación del proyecto. Entre los momentos más icónicos destaca la victoria por 4-2 ante el FC Barcelona, una noche que reforzó la identidad competitiva del club y su capacidad para desafiar a los grandes. Aunque el Girona no atraviesa actualmente su mejor momento, sigue siendo un equipo reconocible, luchador y con un entrenador de peso como Míchel al frente.
El Atlético que visitó Montilivi en 2017 tampoco era un rival cualquiera. El equipo de Diego Pablo Simeone acabaría esa temporada segundo en LaLiga, alcanzaría la final de la Champions League y levantaría la Supercopa de Europa tras imponerse al Real Madrid por 4-2 en Tallín, confirmando su condición de potencia europea.
📸 | ¡Así fue la fiesta del equipo tras conseguir el tercer título de la Supercopa de Europa! 😍
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🎶 ¡Campeeeeeoneeees, campeeeeoneeees! 🏆
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Desde entonces, los duelos entre Girona y Atlético han tenido un denominador común: el espectáculo. Ambos conjuntos se han enfrentado en 12 ocasiones, ninguna terminó 0-0, y entre ambos se han marcado 40 goles, con una media superior a tres tantos por partido. La única victoria del Girona llegó en la temporada 2023-24, con un vibrante 4-3.
Montilivi vuelve a aguardar ahora un nuevo capítulo, con el partido del domingo a las 14:00 horas. El Girona busca un triunfo que le permita salir de la zona de descenso, mientras que el Atlético pretende seguir enganchado a la lucha por el título. Pero más allá de la clasificación, la historia recuerda que este duelo siempre llega cargado de emoción. Porque todo empezó allí, en Montilivi, con un 2-2 que fue mucho más que un empate.






