El Arsenal ha cerrado el traspaso de Noni Madueke, el extremo inglés de 23 años procedente del Chelsea, por una cifra aproximada de 50 millones de libras (unos 58 millones de euros), según el periodista Fabrizio Romano. Madueke no estará en la final del Mundial de Clubes del próximo domingo, ya que se marcha inmediatamente al conjunto ‘gunner’. El acuerdo incluye varias bonificaciones en función de los títulos que gane y los goles que marque y un contrato de cinco años para el jugador. Sin embargo, la llegada de Madueke ha generado una oleada de críticas entre los aficionados ‘Gunners’, muchos de los cuales consideran innecesario el fichaje.
Madueke, un fichaje que divide a la afición
El fichaje del extremo inglés ha generado división entre los fans. Hay muchos que se muestran reacios a su llegada, ya que su principal queja radica en la saturación de la banda derecha, donde Bukayo Saka, la estrella indiscutible del proyecto, y el joven Ethan Nwaneri, una de las joyas de la cantera, ya cubren la posición. Un grupo de hinchas incluso organizó una recogida de firmas en redes sociales para frenar el traspaso, argumentando que el club debería priorizar reforzar otras zonas, como un delantero centro o un mediocampista defensivo. Pero hay otros que valoran su implicación en defensa y su capacidad para poder jugar en la banda izquierda, una posición que actualmente cubren Martinelli y Trossard, dos jugadores en la rampa de salida ‘gunner’.
¿Qué puede aportar Madueke?
El primero que pidió el fichaje de Madueke fue Mikel Arteta. El técnico vasco ve en él un recurso para dar descanso a Saka y competir en un calendario cargado de partidos. Los extremos del Arsenal si se caracterizan por algo es por ser versátiles, y Noni Madueke encaja en esa descripción. El traspaso, negociado sin problemas gracias a la buena relación entre el Arsenal y Chelsea, forma parte de una ventana llena de gastos tras los fichajes de Martín Zubimendi, Kepa Arrizabalaga y Christian Norgaard. Aunque el Emirates espera títulos y rendimiento inmediato, Madueke no lo tendrá fácil para ganarse a una afición escéptica que, por ahora, no celebra su llegada.
