Tras siete victorias consecutivas, el Atlético de Madrid afronta una semana que medirá su capacidad de reacción. La derrota por 3-1 en el Camp Nou puso fin a su mejor racha del curso y dejó un escenario complejo: un equipo obligado a reconstruirse en uno de los estadios más exigentes de la competición.
El duelo del sábado a las 21 horas en San Mamés llega, además, como antesala del encuentro del martes ante el PSV en Eindhoven, lo que obliga a Simeone a equilibrar ambición y gestión de esfuerzos.
El Atlético mantiene un registro histórico —primer equipo en adelantarse en las primeras 14 jornadas—, pero las bajas condicionan de lleno el plan del entrenador. Johnny Cardoso, Álex Baena y Giménez quedaron fuera tras las lesiones sufridas en el Camp Nou, mientras que Marcos Llorente encadenará su cuarto encuentro ausente por lesión muscular. La nota positiva llega con Robin Le Normand, que ha trabajado con normalidad y apunta a regresar a la convocatoria.
El cuerpo técnico maneja alternativas en todas las líneas, consciente de que cada ajuste táctico tendrá impacto directo en el ritmo del partido. Simeone necesita un once competitivo y capaz de soportar la intensidad característica del Bilbao en su estadio.
Las pruebas de Simeone y las piezas del posible once
A lo largo de la semana, el técnico ha ensayado con una estructura marcada por la emergencia defensiva y la necesidad de mantener dinamismo en el centro del campo. En el último entrenamiento, la prueba más repetida incluyó a Oblak en portería y un trío defensivo con Nahuel Molina, Hancko y Pubill, este último reconvertido a central por urgencia.
En los carriles, Simeone ha probado con Nico González y Giuliano Simeone, perfiles físicos y agresivos para resistir el ritmo de San Mamés. El centro del campo se sostiene con Gallagher y Barrios, mientras que la principal novedad apunta a ser Thiago Almada. En ataque, la pareja formada por Julián Alvarez y Antoine Griezmann es la que más convence al cuerpo técnico por su movilidad y lectura entre líneas.
El momento Thiago Almada
La lesión de Álex Baena ha abierto una puerta que Thiago Almada parece decidido a aprovechar. El argentino comenzó la temporada como titular, pero una lesión le cortó la progresión. Su entrada como revulsivo en el Camp Nou confirmó que Simeone vuelve a confiar en él para escenarios de máxima exigencia.
Almada aporta regate, aceleración y una lectura ofensiva diferencial, cualidades especialmente valiosas en un encuentro tan físico como el que propone el Athletic. En diez partidos suma dos goles y una asistencia, pero su impacto va más allá de los números: puede actuar como interior, segundo punta o partir desde un costado, modulando la estructura ofensiva y liberando a Griezmann entre líneas.
El partido en San Mamés puede convertirse en un punto de inflexión. Es una oportunidad real para recuperar protagonismo y para que Simeone incorpore a un jugador capaz de agitar partidos desde el desequilibrio.
San Mamés exige intensidad, concentración y valentía con balón. El Atlético necesita sumar para no perder el ritmo liguero, pero al mismo tiempo debe gestionar esfuerzos con la vista puesta en la Champions. El once que perfila Simeone —una combinación de emergencias, oportunidades y elecciones de confianza— será una prueba de la profundidad de la plantilla.
Y en ese plan, Thiago Almada emerge como uno de los nombres propios de la semana, tanto por necesidad como por talento.
