El FC Barcelona sigue muy pendiente de la evolución física de Pedri González, uno de los futbolistas más importantes del equipo. El centrocampista canario arrastra desde hace días molestias musculares que le han impedido entrenarse con normalidad y que han encendido las alarmas en el cuerpo técnico.
Pedri no entró en la última convocatoria y el club optó por la prudencia, consciente de su historial reciente de lesiones. Aunque desde el Barça no se ha emitido un parte médico detallado, las informaciones publicadas apuntan a que se trata de un problema muscular leve, localizado en la parte posterior del muslo, que aconseja descanso y control de cargas para evitar una recaída.
El futbolista notó las molestias tras uno de los últimos encuentros y, desde entonces, ha trabajado de forma individual. En el club insisten en que no se trata de una lesión grave, pero sí lo suficientemente delicada como para no forzar su regreso. Pedri es una pieza clave en el centro del campo y el objetivo es que vuelva cuando esté al cien por cien.
La gran duda ahora es si llegará a tiempo para el derbi ante el Espanyol, uno de los partidos más señalados del calendario. El encuentro se disputará tras el parón, lo que juega a favor del Barça. El descanso de los próximos días permitirá al jugador continuar con su recuperación sin la presión inmediata de la competición.
Las sensaciones, a día de hoy, son moderadamente optimistas. Si la evolución es buena y Pedri puede reincorporarse al grupo en los primeros entrenamientos previos al derbi, tendría opciones reales de estar disponible. Aun así, el cuerpo técnico no tomará decisiones precipitadas y valorará su estado hasta última hora.
Desde el entorno del jugador transmiten tranquilidad y recuerdan que Pedri se encuentra cómodo y sin dolor importante, aunque todavía no está listo para competir. En el Barça prefieren perderle un partido antes que arriesgar y sufrir una baja más larga.
Por ahora, la presencia de Pedri ante el Espanyol sigue en el aire. El club confía en recuperarlo a tiempo, pero la prioridad es clara: cuidar al jugador y evitar nuevos problemas físicos en un tramo de la temporada que se presenta exigente.
