Por primera vez en lo que va de curso, el Barcelona saltará al campo sin Pedri. El canario, que había sido titular en los 13 partidos oficiales disputados esta temporada entre Liga y Champions, cumplirá sanción ante el Elche tras su expulsión en el Clásico del Bernabéu. Un descanso obligado para un futbolista que venía acumulando más de 1.400 minutos y que se había convertido en el motor del equipo de Hansi Flick.
Un respiro necesario
Las dos amarillas del tinerfeño llegaron, primero en el minuto 41, por frenar un contragolpe de Vinicius con un agarrón táctico, y la segunda ya en el tiempo añadido, tras una entrada a destiempo sobre Tchouaméni. Fue su primera expulsión como profesional en más de 250 partidos entre Barça, Las Palmas y la selección española.
El descanso, aunque forzado, podría ser positivo. Pedri ha disputado el 91% de los minutos posibles entre club y selección, y ya había mostrado signos de fatiga en los últimos encuentros. Sin descanso real desde agosto, el mediocampista aprovechará esta semana sin competición para realizar trabajo específico y recuperar energía antes del duelo europeo ante el Brujas el 5 de noviembre.
Nuevo drama para Flick
Hansi Flick, que volverá al banquillo tras cumplir sanción, deberá buscar alternativas para un equipo que también acusa las bajas de Gavi, Raphinha, Dani Olmo y Christensen. Todo apunta a que Marc Casadó o Fermín López podrían ocupar el lugar del tinerfeño frente al Elche, un rival en plena forma y situado en puestos europeos.
La ausencia de Pedri supone un golpe más para un Barça que necesita reaccionar tras la derrota en el Clásico. Sin embargo, su descanso puede ser la mejor noticia a medio plazo, diez días de pausa para el cerebro de un equipo que, sin él, pierde buena parte de su equilibrio, pero que también necesita aprender a sobrevivir sin su brújula.






