Pedro y Fàbregas se reencuentran en la Serie A

Lazio y Como se enfrentan en la jornada 1 de la Serie A, en un duelo marcado por la historia compartida de dos leyendas culés.
Pedro y Fàbregas sonriendo

La primera jornada de la Serie A nos trae un reencuentro con sabor a nostalgia. Pedro Rodríguez, leyenda del Barcelona y pieza clave de la Lazio, se verá las caras con un viejo amigo y compañero de batallas: Cesc Fàbregas, hoy entrenador del recién ascendido Como 1907.

Del Camp Nou al Olímpico de Roma, de compartir vestuario con Messi, Xavi e Iniesta a vivir caminos separados por el fútbol y reunidos por el azar del calendario italiano. Este domingo, no es solo Lazio vs. Como: es Pedro vs. Fàbregas, una foto de otro tiempo, traída al presente con camiseta y roles distintos.

A sus 38 años, Pedro sigue siendo determinante. La temporada pasada, el ex canterano azulgrana fue decisivo en uno de los partidos más vibrantes del curso: sus dos goles ante el Inter de Milán en el tramo final del campeonato fueron claves en la caídanerazzurra” y, por rebote, abrieron la puerta del Scudetto al Nápoles.

En un equipo en transición, el extremo tinerfeño ha asumido el rol de líder silencioso. Ya no es el joven que rompía defensas a velocidad, pero su lectura de juego, su técnica limpia y su mentalidad competitiva siguen siendo oro para Maurizio Sarri.

Cesc Fàbregas, por su parte, sigue escribiendo su segunda vida en el fútbol desde el banquillo. Tras colgar las botas como jugador del Como, asumió los mandos del equipo con inteligencia, carisma y una idea clara: construir desde la posesión, sin complejos, incluso en la élite.

El ascenso del club lombardo fue una de las grandes historias del fútbol italiano la pasada temporada. Y ahora, en su estreno absoluto en Serie A, Fàbregas se reencuentra con uno de los jugadores con los que más compartió vestuario y triunfos.

Pedro y Cesc coincidieron en el Barça de Guardiola, en la selección campeona del mundo y de Europa, y en múltiples finales de leyenda. Su conexión era natural: uno rompía por banda, el otro filtraba el pase. Uno definía, el otro pensaba la jugada tres segundos antes que el resto.

El domingo estarán frente a frente, pero lo que une al fútbol no lo separa una rivalidad. Será un reencuentro con sonrisas, abrazos y probablemente algún cruce de bromas al borde del área técnica.

Compartir:

Últimas Noticias

Opiniones