El Atlético de Madrid ha cerrado en los últimos días dos movimientos clave en su operación salida: la venta de Samuel Lino al Flamengo y la cesión de Thomas Lemar al Girona. Ambas decisiones, más allá del plano deportivo, responden a una lógica económica que el club considera positiva. El bajo rendimiento de ambos y su elevado coste hacían necesarias sus salidas.
Acuerdo con el @Flamengo para el traspaso de Samuel Lino al conjunto brasileño.
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Rendimiento decreciente y coste elevado
La venta de Samuel Lino al Flamengo por unos 25 millones de euros representa un negocio redondo para el Atlético de Madrid. El club brasileño firmó el traspaso tras valorar su ficha en 22 millones más variables, lo que deja al Atleti con un beneficio aproximado de 15 millones sobre la inversión inicial (6,5 M €).
Desde su llegada en 2022 procedente de Gil Vicente, Lino tuvo un primer año prometedor con 8 goles y 8 asistencias, pero su rendimiento cayó en la siguiente temporada: apenas 4 goles en 47 partidos, evidenciando una bajada futbolística que no justificaba su alto salario ni su plaza de extracomunitario.
La operación permite al Atlético liberar masa salarial, liberar una plaza de no comunitario y ajustar optimización financiera justo cuando el club planea cerrar nuevos fichajes como Raspadori o Enzo Millot.
Acuerdo con el @GironaFC para la cesión de Thomas Lemar, quien jugará esta temporada en el equipo catalán.
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Cesión de Lemar también resulta favorable
Thomas Lemar, fichado en 2018 por 72 millones de euros, nunca llegó a justificar ese coste. El campeón mundial ha sufrido continuas lesiones y apenas disputó 128 minutos repartidos en ocho partidos la pasada temporada, mostrando una entrega alejada de su precio de mercado.
La cesión al Girona, oficializada recientemente, supone un alivio para el club: se liberan salario y compromiso de ficha, además de dejar hueco en plantilla para futbolistas más productivos. Será cedido durante un año con reparto del salario al 50 % entre ambos clubes.
Aunque el Atlético asume que no recuperará el valor pagado por Lemar, su salida se considera positiva por las pocas perspectivas de mejora deportiva. También ayuda a cumplir con el fair‑play financiero y aligerar una plantilla que ya ha incorporado numerosos refuerzos este mercado veraniego.
Con estas dos operaciones, el Atlético ingresa en total cerca de 50 millones de euros, libera coste salarial y mejora la planificación de plantilla para afrontar las próximas incorporaciones. Lino representantes una venta limpia y rentable, mientras que Lemar supone una cesión lógica tras su irregular trayectoria.