Portugal gana su segunda Liga de Naciones

Los lusos vencen a España en un partido que se resolvió en penaltis

El partido comenzó de manera abrupta, con una ocasión de Joao Neves que casi pone a los lusos por delante en el marcador prematuramente. A continuación, el partido se sumió en la más profunda igualdad, envuelto en el halo de respeto propio de una final.

España tenía más balón, intentaba juntar pases desde atrás y lanzar a sus balas, mientras que la selección portuguesa esperaba en bloque medio-medio/bajo y buscaba, gracias al exquisito trato de balón de sus mediocampistas, conectar rápidamente con Pedro Neto y Conceiçao.

En este contexto, el escuadrón de Luis de la Fuente tuvo sus oportunidades para adelantarse. En el “15”, por medio de un disparo raso de Pedri, y en el “16”, a través de un tiro de Nico Williams rumbo a la escuadra izquierda de Diogo Costa, que, de entrar, hubiera ido directo a los museos europeos del balompié, estuvo a nada de abrir la lata.

No obstante, fue en el “21” cuando lo consiguió. Zubimendi asumió el mando del juego, dio continuidad a la acción merced al arrastre de Oyarzabal, conectó con Lamine por derecha y el extremo mandó un centro a las inmediaciones del área. El resto fue un total desbarajuste. Ni el portero ni la defensa portuguesa lograron despejar y Zubimendi, que había iniciado la jugada, anotó a placer. 0-1.

Los de Roberto Martínez se repusieron al golpe en una demostración de poderío ofensivo y calidad. En el “26”, Nuno Mendes se coló en el área española y se desempolvó un zurdazo cruzado imparable. El empate enloquecía a los seguidores portugueses y enmudeció a los castellanos.

El encuentro volvió a la senda de la igualdad, pero con una Portugal más intimidante. España persistió en su idea y, al borde del descanso, amplió diferencias. Sonaron las trompetas, Pedri, director de orquesta, dirigió una transición voraz, leyó el desmarque en diagonal de Oyarzabal, filtró y el ariete vasco batió por bajo a Diogo Costa. 1-2 en el luminoso.

Roberto Martínez tocó teclas. Sacó a Joao Neves y Conceiçao e introdujo a Rúben Neves y a Semedo. Salieron los futbolistas del túnel de vestuarios y el primer susto para La Roja no tardó en llegar. En el “47”,el juez de línea levantó el banderín y evitó que el gol materializado por Bruno Fernandes igualara la contienda. El encuentro se sostenía sobre la misma tendencia del primer acto, con una España con algo más de balón y una Portugal endiablada al contraataque.

Y ahí apareció el de siempre. El depredador, el bicho: Cristiano Ronaldo. Nuno Mendes rompió a Lamine por izquierda, centró al área, desvió Le Normand y el 7 de Madeira la remachó en el segundo palo. Mandó callar y el estadio jaleaba su nombre, cual coliseo romano, españoles inclusive. 2-2 y media hora por delante.

La tónica del duelo no cambió. El conjunto español tocaba más, y los portugueses defendían, sin meterse atrás, esperando sus ocasiones. El duelo táctico estaba servido , con algunas piezas cambiantes en el tablero. Entraron en acción Leao, Veiga, Isco y Merino, pero la balanza no se decantaba hacia ningún lado.

Isco sacó su magia a pasear y puso en apuros a Diogo Costa, y Cristiano levantó al Allianz en su sustitución por Gonçalo Ramos después de que su físico dijera basta a escasos minutos del final. Así pues, ya en el descuento y viendo el tiempo correr como en los relojes de arena, los españoles vieron emerger a una fuerza de la naturaleza llamada Leao. El extremo resquebrajó la zaga española con su potencia y solo pudo ser frenado con una falta en el vértice izquierdo del área. Bruno, fantástico lanzador, puso a prueba al arquero vasco, hasta el punto de que tuvo que sacar una de sus mejores paradas para impedir la derrota. A la prórroga.

Pitó el colegiado y Semedo, a pase de un incansable Nuno Mendes, casi pone el 3-2 en el luminoso. El hambre portugués era palpable y los soldados de de la Fuente no se terminaban de encontrar a sí mismos. En el “97”, Cucurella respondía con chut que se marchaba por encima del arco custodiado por Diogo Costa.

Se acercaba el ecuador de la prórroga y El VAR revisó una posible tarjeta roja para Leao tras una tangana a raíz de un posible penalti de Baena sobre Nuno Mendes, pero no tomó decisión alguna.

La segunda parte de la prórroga fue lo más parecido a apretón de ambos equipos que querían llegar a los penaltis y jugárselo todo desde los 11 metros.

Podríamos ir penalti por penalti de lo que ha ocurrido en esta tanda, pero lo que cuenta es el resultado final. Portugal anotaba cuatro penaltis seguidos, y en el turno de España, Álvaro Morata fallaba. Rubén Neves hacia el quinto y definitivo penalti que daba el título a Portugal y que levantaba así su segunda UEFA Nations League.

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