Esta tarde, a las 18:00 (hora española), el PSG y el Bayern de Múnich se enfrentan en los cuartos de final del Mundial de Clubes en Atlanta. No es un partido cualquiera: es la reedición de una de las rivalidades más intensas del fútbol europeo moderno. Aunque hoy no haya una orejona en juego, el peso histórico, el talento individual y el deseo de reinar a nivel global hacen de este choque uno de los más esperados del torneo.
Un historial cargado de tensión
PSG y Bayern se han enfrentado oficialmente en 15 ocasiones, con un balance favorable al conjunto bávaro: ocho victorias frente a seis de los parisinos, sin un solo empate en el historial. El último enfrentamiento fue en noviembre de 2024, en la fase de grupos de la Champions League, y terminó con victoria alemana por 1-0 gracias a un solitario gol de Min-jae.
Pero si hay un encuentro que marcó un antes y un después en esta rivalidad fue la final de la Liga de Campeones de 2020, cuando el Bayern se impuso también por la mínima (1-0) con un gol de Kingsley Coman, canterano del PSG. Desde entonces, el club alemán ha mantenido una racha favorable, ganando los últimos cuatro enfrentamientos directos y manteniendo su portería a cero en todos ellos.
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Trayectorias recientes: dos gigantes en busca de la cima
Ambos equipos llegan a este Mundial de Clubes en gran forma. El PSG, vigente campeón de Europa, arrolló a Inter Miami en octavos por 4-0 y apenas ha concedido ocasiones. La posesión, el orden defensivo y la creatividad ofensiva han sido sus armas.
El Bayern, por su parte, comenzó el torneo con una exhibición histórica: 10-0 al Auckland City y un sólido 4-2 ante Flamengo en octavos de final. Con Harry Kane liderando el ataque y un medio campo enérgico, los bávaros parecen haber recuperado la solidez que los convirtió en campeones hace cinco años.
Más que un partido
El duelo no solo es futbolístico. Es también una cuestión de orgullo institucional: el PSG quiere por fin vencer a su bestia negra en una gran cita, y el Bayern desea confirmar su dominio histórico con un nuevo título internacional. Ambos equipos representan filosofías diferentes el músculo financiero de Catar frente al modelo alemán de tradición y cantera, pero comparten una misma obsesión: ganar.
Pese al poderío actual del PSG, el Bayern llega con mejores sensaciones y un historial favorable. Sin embargo, si hay algo que este torneo ha demostrado, es que el presente cuenta más que el pasado. Y hoy, en Estados Unidos, ambos gigantes llegan con cuentas pendientes y un objetivo compartido: conquistar el mundo.