PSG y Chelsea lucharán por la corona del Mundial de Clubes

PSG y Chelsea disputan la final del Mundial de Clubes más lucrativo de la historia. Entre ambos suman casi 4.000 millones en inversión, el conjunto parisino buscan su quinto título del año, mientras que los ingleses, su consagración.

El MetLife Stadium, a veinte minutos de Manhattan, será el escenario de la final más millonaria jamás disputada. El nuevo formato del Mundial de Clubes llega a su desenlace con dos gigantes económicos del siglo XXI: Paris Saint-Germain y Chelsea.

El PSG, con el respaldo de Qatar desde 2011, ha invertido 2.283 millones de euros en poco más de una década. Su punto de inflexión fue aquel fichaje de Neymar por 222 millones, que redefinió el mercado global. Hoy, sin Mbappé, el conjunto de Luis Enrique se ha reinventado. Agresivo, dominador. Sus resultados lo certifican, 4-0 al Real Madrid, 4-0 al Atlético, 2-0 al Bayern, 5-0 al Inter. Y todo sin su central zurdo titular, Pacho, que hoy sigue sancionado. Su lugar lo ocupará Beraldo.

El Chelsea, por su parte, ha gastado 1.680 millones. Su récord, 121 millones por Enzo Fernández y 116 por Moisés Caicedo. En plena competición, aprovechó la ventana de fichajes que abrió la FIFA para incorporar a João Pedro, que ha sido decisivo.

La diferencia la marcan los entrenadores. Luis Enrique ya es campeón de Europa y hoy busca su quinto título de 2025. Su PSG juega de memoria y ha conseguido algo inusual: unanimidad sobre su estilo. La gran figura táctica ha sido Ousmane Dembélé, reconvertido en falso nueve, en una evolución que recuerda a la que vivió Messi con Guardiola. El francés podría quedar consagrado como Balón de Oro si levanta el trofeo esta noche.

Frente a él estará Enzo Maresca, técnico revelación. En menos de un año ha devuelto al Chelsea a la Champions, ganó la Conference League y ahora busca la guinda con el título mundial. Su equipo ha crecido durante el torneo con pilares como Palmer, Cucurella, Caicedo, Enzo y un brillante debut de Joao Pedro.

El campeón se llevará otros 10 millones, que se suman a los más de 100 ya embolsados en premios. Hoy se decide más que un título: el poder simbólico de ser el primer gran rey del nuevo fútbol global. Y, por supuesto, aún más dinero.

Compartir: