En esta madrugada la selección de Brasil, dirigida desde principios de verano por Carlo Ancelotti, disputó su último partido de la clasificación sudamericana para el Mundial de 2026. La selección carioca enfrentaba a Bolivia en El Alto, una localización famosa en el continente por encontrarse a más de 4100 metros sobre el nivel del mar, y que hace muy difícil la normal respiración de los futbolistas visitantes.
La selección de Bolivia lleva años utilizando la ventaja de la altura para plantar cara a selecciones, sobre el papel, superiores. Algo que se puede contrastar con la diferencia entre los resultados de los bolivianos actuando como visitantes. La falta de costumbre a jugar en este tipo de altitudes, donde el oxígeno es escaso, supone un desgaste físico brutal para los jugadores de otras selecciones. Para los brasileños no iba a ser menos. Y es que Bolivia supo aprovechar su ventaja. Sacando un triunfo histórico ante la canarinha (1-0). Que sumada a la derrota de Venezuela ante Colombia, le ha valido como billete para disputar la repesca del Mundial 2026.
Partido intrascendente para Brasil
Lo cierto es que Brasil poco se jugaba en el partido más que su orgullo. La selección de Ancelotti ya estaba desde hace jornadas clasificada al Mundial. Motivo también por el cual clubes como el FC Barcelona han mostrado su malestar a que jugadores clave como Raphinha disputen este tipo de partidos sin trascendencia.
El atacante culé no fue titular, como si lo fuera días atrás ante Chile. Aún así salió en la segunda parte para disputar la última media hora en El Alto. Desde el club catalán se elevó una queja formal al seleccionado para que liberaran al jugador de viajar al territorio boliviano, la cual fue obviada.
El malestar del FC Barcelona es mayúsculo. Más teniendo en cuenta que Carlo Ancelotti, hasta hace poco en el Real Madrid, si dejó fuera de la convocatoria para estos partidos a los jugadores del club blanco. Ni Vinicius, ni Militao, ni Rodrygo han sido llamados para estos partidos sin nada en juego para Brasil. Al contrario que Raphinha, que vuelve a Barcelona con el desgaste físico correspondiente, que desde el club consideran, se podría haber ahorrado.
